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Mankell pide permiso para orinar en la flotilla y ZP se come "el marrón"

El País publica hoy en su suplemento Domingo un diario escrito por el novelista sobre los días que pasó antes y después de embarcar en la flotilla.

Parece que todo vale para atacar a Israel. Hoy continúan apareciendo en la mayor parte de los periódicos las manifestaciones de los españoles, informaciones sobre las autopsias de los fallecidos, continuas denuncias de desproporción y tortura a Israel. Se salva, algo, La Razón y Libertad Digital, que ayer publicó las consignas que los llamados "héroes" de la flotilla hacían hace no mucho tiempo, pidiendo más masacres como las del "11-M" y la del "11-S".

Pero lo que hoy resulta impagable es el relato de ese extraordinario novelista sueco Henning Mankell, de su periplo en la flotilla. Lo cortés no quita lo valiente, y su ingenuidad y desafío "pacifista" en la flotilla no le resta ingenio y éxito en el género de la novela negra. El caso es que el diario El País publica hoy en su suplemento Domingo un diario escrito por el novelista sobre los días que pasó antes y después de embarcar en la flotilla.

Quizá sea comprensible que un hombre que goza de la posibilidad de disfrutar de una vida acomodada, como el escritor, considere que "estar once horas amontonados en medio de aquel calor pueda ser un método de tortura". Algo comprensible cuando, además les obligaban a "pedir permiso" para "ir a orinar". Además, sufrieron, según Mankell, maltrato alimentario ya que sólo nos dieron "biscotes, galletas y manzanas".

Todo por haber desoído las órdenes del ejército de un país soberano que mantiene un bloqueo sobre un territorio dominado por terroristas que se dedican a bombardear sus ciudades día sí día también. Recibir a palos a soldados desarmados debe ser considerado una acción pacífica. Según Mankell, la agresión se planificó antes de que sucediera, ya que esperaban el alto de Israel.

Pese a todo, Mankell, que tuvo un trato privilegiado por tratarse de un escritor muy conocido, también en Israel, dice que aún no ha madurado la idea de "procurar que ninguno de mis libros vuelva a traducirse al hebreo", aunque dice orgulloso que se le ha pasado por la cabeza.

En fin, toda una historia. El resto del protagonismo informativo se lo reparten la encuesta de Metroscopia para El País que ve a Gallardón líder de la formación sita en Génova 13 y el avance del borrador de Reforma Laboral en El Mundo, donde Pedro J, desgrana las últimas intimidades del presidente Zapatero en su carta semanal.

Unas intimidades que Zapatero cuenta a un pretendido confidente a quien Pedro J. llama "Jano bifronte" y que presentan al presidente como un tipo que entiende que "le toca comerse el marrón" y que nunca olvida una frase que le dijo Obama: "el estímulo fiscal más barato es el de la confianza". También señala que "la gente no es consciente de hasta qué punto rozamos la semana pasada el desastre".

Un desastre que se tratará de evitar con la reforma laboral y que puede ocasionar elecciones anticipadas. De momento, en las baronías autonómicas comienza el duelo de fichas. Según ABC, los barones del PSOE se debaten en una encrucijada al sufrir el deterioro de su líder, no saben si les vendrá mejor si alcanzar los comicios de 2011 sin adelantar las elecciones generales (y será cuando "pagarán el pato de esta legislatura") o anticipar las generales y tener un "PP en el Gobierno Central" que "puede ser letal para ellos", así lo cuenta Expósito en su Foco del director.

En las filas populares, genera expectación Álvarez Cascos, que hoy le presenta el suplemento dominical de ABC con un enorme salmón y traje de pesca. El motivo del reportaje: El debate del ex vicepresidente entre las voces que piden que sea el próximo candidato por Asturias del PP y "el silencio de Rajoy".

Donde sigue habiendo malestar es en el Ejército, así lo relata La Razón que hoy destaca las quejas de los uniformados por no rendir honores en los actos religiosos.

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