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Maragall, con ayuda de Julia Otero, critica a Esperanza Aguirre el "nacionalismo español" del PP

La presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y el presidente de la Generalidad de Cataluña, Pascual Maragall, plasmaron sus diferencias en el programa de TVE, La Cerezas. Julia Otero, que se erigió en representante de las ciudadanos al decir que no existe preocupación por el Plan Ibarretxe centró la entrevista en este asunto que según ella misma “no está en la calle”. Entre la presentadora y el presidente catalán trataron de arrinconar a una Esperanza Aguirre que aguantó el chaparrón.

La presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y el presidente de la Generalidad de Cataluña, Pascual Maragall, plasmaron sus diferencias en el programa de TVE, La Cerezas. Julia Otero, que se erigió en representante de las ciudadanos al decir que no existe preocupación por el Plan Ibarretxe centró la entrevista en este asunto que según ella misma “no está en la calle”. Entre la presentadora y el presidente catalán trataron de arrinconar a una Esperanza Aguirre que aguantó el chaparrón.

(Libertad Digital) La complicidad entre Maragall y la presentadora del programa marcó desde el principio este nuevo episodio de las cerezas públicas con las que TVE ameniza las noches de los martes. Esta vez la pareja elegida para el show fue Aguirre-Maragall, es decir, un Madrid-Barça pero jugado en el Camp Nou y con árbitro casero.

Aguirre y Maragall comenzaron muy amigables, destacando sus "concidencias" ya que, por ejemplo, los dos dicen hablar muy bien el inglés. Eso sí, si se lanzaba una pequeña broma siempre caía del lado adecuado. "Ahora no estamos tan lejos ni en distancia", decía la presidenta madrileña. "Bueno, eso no será por la Allta Velocidad", replicaban Otero y Maragall. "¿Desde cuándo se prometió eso...? Tu te acordarás mejor Julia", decía el catalán. "Pues, por lo menos hace cuatro o cinco años", respondía la aludida.

Pero no todo se quedó en trivialidades. El asunto que buscaba Otero era el Plan Ibarretxe comparado con los que guarda Maragall. Y ahí se notó el tándem catalán, el dos contra uno que Aguirre capeó sin perder la sonrisa.

Julia Otero que dijo los partidos hacen “tremendismo”con el Plan Ibarretxe y que cuando está en la calle ella no ve "preocupación”. Sin embargo, pese a ese supuesto desinterés, inició la entrevista a Aguirre y Maragall con este asunto. Además a lo largo de todo el programa las referencias al plan secesionista fueron constantes.

Esperanza Aguirre y Pascual Maragall repitieron con coherencia los argumentos que sus partidos vienen utilizando desde que el Parlamento Vasco aprobó con los votos de ETA la propuesta soberanista. Esperanza Aguirre insistió en que el plan “no se puede admitir a trámite porque es ilegal”  e insistió en que debe ser recurrido ante el Tribunal Constitucional, momento que Julia Otero aprovechó para hacer que recordaba, pese a que no le interesa este tema, que "ya se recurrió hace años, ¿no?".

La presidenta de la comunidad de Madrid señaló además que el plan “pretende acabar con la soberanía de los españoles”. Maragall pese a decir que “no le gusta el plan”, trató en todo momento, en la misma línea que Julia Otero, de restarle importancia y pedir “tranquilidad al PP”. El presidente de la Generalidad se mostró encantado con que el plan se debata en el Congreso e insistió en varias ocasiones en que "hay que debatir y dialogar". También puso enfasis Maragall en que el Plan Ibarretxe es "diferente" que su propuesta de reforma del Estauto catalán que espera se tramite "en este semestre".

Nacionalistas de la periferia, de Madrid y de España

Cuando Aguirre dijo que lo que busca el Plan Ibarretxe es “dar satisfacción a los nacionalistas”, Julia Otero, rauda y veloz, pregunto: “¿Qué nacionalistas, los de la periferia?”. Así, en su estilo, con entonación inocente, la presentadora del canal público lanzaba dardos más que preguntas dando por sentado que en Madrid hay nacionalismo y que esta noche estaba en el estudio bien representado. El presidente catalán tomaba muy bien el relevo: "¿No hay nacionalismo en Madrid?". Y entonces se preguntó si el PP seguía defendiendo España como "una, grande y libre". Después reía y miraba a Julia.

Maragall no tardó en tachar al PP de "nacionalista español", dijo que él y su partido son "federalistas y no nacionalistas" y recordó que la bandera "más grande está en la Castellana", en referencia a la de España que ondea en la madrileña Plaza de Colón. Aguirre, ante el chaparrón de Otero y Maragall se limitó a tratar de explicar que el PP no es nacionalista "porque su ideología no se fundamenta en el concepto de nación" sino que "defiende la unidad constitucional de España". Julia Otero para cerrar el asunto insistió en preguntar si "¿de verdad es tan grave?", a lo que Maragall enseguida respondió que "no es grave" Esperanza Aguirre por su parte recordó la posición de Álava que si el plan sale adelante podría segresarse del País Vasco y se refirió al antecedente de "la primera República en 1873 cuando Cartagena se declaró Cantón independiente". Además Aguirre citó el editorial del Wall Street Journal "La balcanización de España" pero no cayeron sus argumentos en campos muy abonados.

La entrevista que transcurrió en todo momento en un tono cordial, entre numerosas risotadas de Maragall, también abordó el tema del Archivo de Salamanca, ocasión que Maragall aprovechó para destacar la "ecuanimidad" de la Comisión de Expertos, subarayando que estaba presidida "por Federico Mayor Zaragoza". No dio tiempo a mucho más. Una cosa quedó clara: esta vez no hubo síndrome de Estocolmo entre los invitados como ocurriera entre Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Josep Lluis Carod Rovira. La retratada volvió a ser Julia Otero.

 

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