LD (Efe) El escritor Gustavo Martín Garzo recordó a Francisco Umbral , como uno de los "grandes prosistas del siglo XX", alguien cuyos textos "siempre estaban llenos de hallazgos" para el lector.
"Es una gran pérdida para la cultura de nuestro país", aseguró Martín Garzo (Valladolid, 1948), quien recordó cómo Umbral surgió como periodista vinculado al periódico El Norte de Castilla.
"Tenía esa magia de llevarte a buscar sus crónicas", explicó el autor al recordar cómo lo primero que hacían cada mañana los compañeros del periódico era leer los textos de Umbral, escritor reconocido con premios como el Príncipe de Asturias de las Letras (1996), Nacional de las Letras (1997), Cervantes (2000) y Mesonero Romanos de Periodismo (2003).
Según Martín Garzo, galardonado en 1994 con el Premio Nacional de Literatura y en 1999 con el Premio Nadal, el sentimiento al enterarse del fallecimiento de Umbral fue de "sorpresa y pena" porque "no sabía que estaba tan mal" y con la edad que tenía, 72 años, "aún le quedaba mucho tiempo para seguir escribiendo".
"Algunas de sus mejores novelas son las que situó en Valladolid", reconoció el escritor, para quien Memorias de un niño de derechas y El hijo de Greta Garbo muestran cómo Umbral hablaba desde sus memorias de infancia de la ciudad.
"Es una gran pérdida para la cultura de nuestro país", aseguró Martín Garzo (Valladolid, 1948), quien recordó cómo Umbral surgió como periodista vinculado al periódico El Norte de Castilla.
"Tenía esa magia de llevarte a buscar sus crónicas", explicó el autor al recordar cómo lo primero que hacían cada mañana los compañeros del periódico era leer los textos de Umbral, escritor reconocido con premios como el Príncipe de Asturias de las Letras (1996), Nacional de las Letras (1997), Cervantes (2000) y Mesonero Romanos de Periodismo (2003).
Según Martín Garzo, galardonado en 1994 con el Premio Nacional de Literatura y en 1999 con el Premio Nadal, el sentimiento al enterarse del fallecimiento de Umbral fue de "sorpresa y pena" porque "no sabía que estaba tan mal" y con la edad que tenía, 72 años, "aún le quedaba mucho tiempo para seguir escribiendo".
"Algunas de sus mejores novelas son las que situó en Valladolid", reconoció el escritor, para quien Memorias de un niño de derechas y El hijo de Greta Garbo muestran cómo Umbral hablaba desde sus memorias de infancia de la ciudad.