L D (Agencias) Los inmigrantes que han iniciado la huelga de hambre son los que se encuentran en el polideportivo San Medir, en el campus norte de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) de Barcelona y en la Parroquia de Sant Miquel de Santa Coloma, unos 340, según el portavoz de la Plataforma por la Regularización sin condiciones, Enrique Mosquera. Las reivindicaciones del encierro giran entorno al actual proceso de regularización de inmigrantes, del que quieren modificar "el contrato como requisito indispensable para la regularización" ya que, según una de las personas encerradas en Sant Medir, este requisito "sólo consigue crear mafias, porque se están comprando contratos de 4.000 y 6.000 euros". Otra de las reivindicaciones es "que se admita como prueba de estancia no solamente el certificado del padrón sino cualquier otro documento considerado válido en derecho".
También han reivindicado que "se amplíe el plazo para la presentación de solicitudes más allá del 7 de mayo", fecha que el gobierno ha puesto como límite para este trámite. En una rueda de prensa celebrada hoy en la UPF, los inmigrantes allí concentrados han tachado de "fascista" la ley de extranjería y han afirmado que este proceso está "fuera de la realidad porque no está al alcance de los inmigrantes".
El PP pide que se “cumpla la ley sin complejos”
Mientras, el presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, pidió al Ejecutivo que no acepte presiones de los inmigrantes, ya que, la "ley prevé la expulsión de los que se encuentran en situación ilegal en nuestro país". También añadió que "la delegación del Gobierno debe tener presente el cumplimiento de la ley, y más cuando se trata de personas que, además de estar en situación ilegal en nuestro país, tratan de presionar al Gobierno con estos encierros". El líder municipal del PP reclamó "firmeza" y "el cumplimiento de la ley, más aún frente aquellos que no sólo la infringen sino que se encierran para presionar al Estado de Derecho".
Por otra parte, el presidente municipal del PP recordó que en otros encierros, en 2001, "el alcalde de Barcelona, Joan Clos, declaró que si no fuera alcalde se encerraría con los inmigrantes en lucha y Pasqual Maragall, cuando aún no era presidente, reclamó que la Generalidad dialogara con estos inmigrantes".