L D (Agencias) En una entrevista en Telecinco, recogida por Europa Press, Carlos Amigo Vallejo afirmó que "para todas estas cosas necesitaremos jurisprudencia y aquilatar bien los términos y el grado de responsabilidad que compete a una y a otra persona".
Según dijo, "esta Ley tiene todavía un camino que recorrer y después habrá que ver cuál es la participación de esos alcaldes y esas personas que tienen que estar en esas uniones". En este sentido, el cardenal dijo que "muy sabiamente San Ignacio decía que 'en tiempo de turbación, no es conveniente hacer mudanza', y en tiempos de confusión, es preferible no dictar criterios muy rígidos".
Preguntado por su opinión personal sobre las bodas gays, manifestó que "opino conforme a lo que han dicho la Conferencia Episcopal Española, otras confesiones cristianas y la comunidad hebrea: para la Iglesia Católica el matrimonio es un sacramento que se realiza entre un hombre y una mujer". En cuanto a si esta medida aumentará las diferencias entre Gobierno e Iglesia, señaló que "en los problemas serios es cuando debe resaltarse todavía más la responsabilidad y el buen criterio de todos aquellos que gobiernan o tenemos una comunidad que nos corresponde guiar". "Los problemas deben ser oportunidades de acción para el encuentro, nunca para levantar muros de los que nos vamos a lamentar", agregó Amigo Vallejo. A su juicio, "no debemos estar en época de muros, como decía Juan Pablo II, sino en época para tender puentes, pero con la responsabilidad y la fidelidad que debemos tener a los principios de nuestra fe".
Por su parte, el vicario general de la Diócesis de Santander, Manuel Herrero Fernández, defendió el derecho de los alcaldes y concejales a la objeción de conciencia para no casar a parejas homosexuales, porque la ley "no puede constituirse en un elemento que avasalle la conciencia". "La conciencia está por encima de toda ley", dijo Herrero Fernández, quien subrayó que la objeción forma parte de los derechos de las personas y expresó todo su respeto a los alcaldes y concejales que han anunciado que lo van a ejercitar para no casar a parejas del mismo sexo.
El vicario general explicó que desde el punto de vista de la moral cristiana, la ley es un elemento que "ilumina la conciencia" para que la persona actúe en una dirección u otra, "pero por descontado –añadió– no puede constituirse en un elemento que avasalle la conciencia". Herrero Fernández mostró "todo respeto" a los homosexuales, porque está en contra de toda discriminación, y subrayó que la Iglesia no se opone a regular la situación de las parejas del mismo sexo. Sin embargo, sí está en contra de que se denomine matrimonio, que es la "comunidad por amor" de un hombre y una mujer, abierto a la vida y eso biológicamente, añadió, no se puede dar entre parejas homosexuales.