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¿Morían en masa los obreros del Valle de los Caídos?

La segunda de las grandes mentiras que se nos cuenta sobre el Valle de los Caídos es que fue una carnicería para los obreros que trabajaban allí.

Por supuesto, el fallecimiento de 15 personas en su trabajo es una tragedia que no pretendemos menospreciar o minimizar, pero eso no quiere decir que no deba ponerse en su contexto: el de una obra monumental, con elementos obvios de riesgo (construcción en altura y, a la vez, subterránea con excavación en la roca viva), y que se prolongó durante 19 años.

Así hay que poner esta cifra, que no deja de ser terrible, encima de la mesa y compararla con lo que algunos no tienen empacho en afirmar: que en la construcción del Valle de los Caídos murieron hasta 27.000 obreros, todos ellos soldados republicanos presos obligados a trabajar allí.

Testimonio de primera mano

En esta cifra de fallecimientos coinciden varias fuentes o, mejor dicho, a ella se llega con diferentes datos y testimonios. El principal de ellos el del médico Ángel Lausín, precisamente uno de los presos políticos que trabajó en el Valle y que se quedó allí una vez expirada su pena: llegó en el año 43 y estuvo hasta el 62.

El doctor Lausín pasó la guerra en el Cuerpo de Sanidad del ejército republicano. Al finalizar la contienda fue depurado y encarcelado, pero por mediación del arquitecto del Valle, Pedro Muguruza, que conocía su habilidad como médico, fue trasladado a Cuelgamuros.

Como los otros condenados se acogió al régimen de redención de penas por el trabajo y, como también hicieron otros presos, cuando cumplió su condena solicitó quedarse trabajando como obrero libre, solicitud que le fue concedida. Más tarde, al cesar como médico del Consejo de Obras del Valle de los Caídos solicitó una plaza en la Seguridad Social que le fue concedida.

Así que Lausín ejerció como médico de los poblados de obreros que se levantaron junto a la construcción (otro servicio que se ofrecía a los trabajadores no muy habitual en la España de los 50) y además de atender a los problemas habituales en un médico de familia se le llamaba cada vez que había un accidente en la obra.

De hecho, el protocolo de la construcción establecía que, en cada accidente, lo primero que había que hacer era avisar al doctor, así como que en los casos en los que se produjese el fallecimiento el cadáver debía llevarse a El Escorial, donde le eran practicadas las diligencias post mortem que en cada caso se estimasen necesarias.

Este protocolo permitió que Lausín llevase en sus notas profesionales un detallado recuento de los accidentes que se producían en la obra y, muy especialmente, de los que tenían como consecuencia fatal una muerte. En estas notas recogió 14 casos durante toda su estancia en el Valle que, recordemos, abarcó hasta después del final de las obras.

El 15º caso sería el primero, ya que se trata de un fallecimiento producido antes de la llegada del doctor Lausín al Valle de los Caídos y que se recoge en documentos en el archivo del Juzgado de la localidad de El Escorial.

Algunos casos concretos

En los papeles del doctor Lausín podemos encontrar detalles de algunos casos concretos que nos dan una idea del tipo de accidente que podía darse en la obra, como el de un obrero penado de la empresa Sanroman al que le cayó una roca de grandes dimensiones en la entrada de la cripta.

En otras ocasiones los accidentes tenían que ver con la manipulación de explosivos para la excavación: vemos el caso de un obrero libre de 21 años al que le explotó un barreno en los pies en marzo de 1959; o el de otro obrero libre, Manuel Gómez López, que era de raza gitana y al que le explotaron unos barrenos mientras los manipulaba, lo que le causó la muerte el 19 de Marzo de 1949.

También había accidentes relacionados con las maquinarias usadas para la construcción: un obrero preso que trabajaba en la empresa Banús falleció al golpearse la cabeza con una vagoneta de escombros, otro preso de la misma empresa cayó entre los engranajes de una excavadora...

Por último, también encontramos accidentes relacionados con el transporte de personas o de materiales dentro de las obras como el de un obrero libre que era conductor de camión en la construcción de la carretera al monumento y que murió al volcar su vehículo y salir despedido de la cabina.

Como se puede ver, estas 15 muertes no se produjeron solo entre obreros que estuviesen en el Valle redimiendo su pena de cárcel, sino que también afectaron a los trabajadores libres.

Por otro lado, aunque desde la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos (ADVC) se han rastreado los datos con minuciosidad, no es posible descartar que hubiese otros casos de fallecimientos de obreros que sufriesen accidentes que en un primer momento no resultasen mortales pero que provocasen el fallecimiento un tiempo después. En cualquier caso, sí se puede descartar que estos casos supongan un incremento significativo de la cifra aportada.

Enfermedades laborales

Además de los accidentes otra causa que habría podido causar muertes entre los obreros del Valle de los Caídos eran las enfermedades laborales, especialmente las derivadas del trabajo en las excavaciones para hacer la Basílica, muy parecido al que se realiza en una mina y, por tanto, posible generador de dolencias graves como la silicosis.

De hecho, hay documentados cinco fallecimientos por silicosis de obreros que participaron en la construcción del Valle, pero se da la circunstancia de que en todos los casos se trataba de trabajadores de zonas mineras que antes y después de su paso por el monumento ejercieron como mineros, por lo que es cuanto menos muy aventurado achacar su mal en exclusiva a su paso por Cuelgamuros.

De hecho, la ADVC ha estudiado exhaustivamente los archivos de la Clínica de Enfermedades Profesionales del Instituto Nacional de Medicina y Seguridad del Trabajo, que dependía del Ministerio de Trabajo y agrupaba a los enfermos de dolencias laborales de carácter grave.

En estos archivos no se han encontrado personas que fuesen ingresados directamente tras haber trabajado en el Valle de los Caídos. De nuevo es imposible aseverar que no haya habido algunos casos más, pero tras la exhaustiva investigación sí se puede descartar que las cifras sean realmente significativas.

Por otra parte, todos aquellos obreros que sufrían un accidente que les incapacitaba laboralmente eran cubiertos automáticamente por la Mutualidad Laboral de la Construcción, que según la gravedad de sus secuelas les procuraba unos ingresos gracias a las cotizaciones que habían aportado dentro de esta mutualidad.

De hecho, podemos ver uno de estos documentos que certificaba la baja de Antonio Clemente, el conductor de motocicleta en la imagen, que sufrió un accidente en su vehículo dentro del recinto del Valle.

Mañana en Libertad Digital publicaremos el tercer y último artículo de esta serie en el que trataremos de desentrañar si Franco construyó el Valle de los Caídos como un monumental mausoleo para sí mismo.

También pueden leer la primera parte, publicada este lunes: ¿Hubo decenas de miles de presos trabajando en el Valle de los Caídos?

 

Primer artículo de esta serie: ¿Hubo decenas de miles de presos trabajando en el Valle de los Caídos?

Segundo artículo de esta serie: ¿Morían en masa los obreros del Valle de los Caídos?

Tercer artículo de esta serie: ¿Construyó Franco el Valle de los Caídos como tumba monumental para sí mismo?

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