Dicen que dijo Benedicto XVI en una visita a un campo de concentración nazi que:"Donde estaba Dios en esos momentos?".Yo creo que esas palabras no son dignas de un Papa y aún más creo que no las dijo.
En estos años de terrorismo nacionalista vasco parece ser que los obispos que en el pais vasco han habido han estado muy de perfil,cuando no de espaldas a las victimas y perseguidos por los asesinos.También en este caso nos podriamos haber preguntado donde estaba Dios estos años?.Si la llegada del nuevo obispo trae un poco de apoyo y dignidad a las victimas de la persecución nacionalista sabremos que Dios aunque callado estaba siempre presente.
Que NO son nacionalistas, son naZionalistas, mejor dicho, RACISTAS con asesinos subvencionados, para perseguir a todos los que no consiguen adiestrar en las "MADRAZAS" ¡la misma filosofía de Mahoma!.
Las DIVISIONES en la iglesia, las producen los sistemas del naZional-sUcialismo. Busquen ustedes el AMOR en las conductas de estos, "seguidores" de Cristo, no, ¡sembradores de cizaña!
Lo raro sería que no tuviera enemigos, como los tuvo Jesucristo. Lo importante es que él mantenga a raya a los enemigos de su corazón, que si venciesen es que habrían hecho estragos en su interior. Y no cabe duda que un enemigo de su corazón es la tentación de la politización. Espero que sea fuerte sembrando únicamente paz y amor, además de verdad, porque ésta es imprescindible en Euskadi.
Ha dicho algo muy evidente: que la Iglesia española está dividida, perseguida y atenazada. Y no es de ahora, lleva así muchos años.
Está claro que sus enemigos están ganando la batalla.
Es evidente que la actual iglesia vasca representa al botarate Sabino Arana ("ideólogo" del PNV y de Setién) y no a Dios. Por sus malas obras la conocemos y nos escandaliza.
ANIMO y buen humor que no será para tanto
Señor diga que está allí por derecho de conquista, ¿o no?
Si, llegado a su Diócesis, Munilla se convierte en un Blázquez más, habrá que pensar que el Espíritu Santo nos ha dejado "de la mano de Dios".
Con obispos y curas nacionalistas, que desatienden la parte de su feligresía que no lo es, uno se siente inclinado a dimitir. Como en la canción del "pobre Simón": Toda la gente lloraba, menos el pobre Simón. ¿Por qué no lloras, Simón? Yo no soy de la parroquia y los que lloran lo son.
Pues eso. Con muchos curas y obispos hace falta tener una fe más grande que la del carbonero. Por cierto, hablo de Cataluña.
¿Le pondrán escolta?
Querido monseñor Munilla: Recuerde que Vd. tiene y tendrá siempre a su rebaño de obejas (no nacionalistas, ni asesinas) a las que deberá pastorear como siempre lo ha hecho Vd. No se preocupe del rebaño de lobos y asesinos que monseñor Uriarte tiene; si puede ser recobre a algún lobo y en caso contrario dejelo ir con el pastor de ellos. Ese tipo de pastor debería leer más asiduamente a San Agustin para recordar, según él, cómo deben ser los verdaderos Pastores. Monseñor la Iglesia está con Vd. y Dios también.