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Otra anomalía en el caso Marta: ningún interrogatorio fue grabado

Durante la fase policial de los primeros interrogatorios, no lo fueron porque, según fuentes policiales, no tienen medios para llevarlo a cabo. Una vez comenzada la fase de instrucción del proceso, tampoco el juez ha ordenado la grabación de los diferentes interrogatorios y careos.

Según fuentes judiciales, lo único que se ha grabado ha sido la reconstrucción de los hechos en el domicilio de Miguel Carcaño, en la calle León XIII de Sevilla. La ausencia de grabaciones es una más de las circunstancias anómalas en que se ha desenvuelto la instrucción de este proceso por el supuesto asesinato de Marta del Castillo y que, ahora, impide examinar las primeras reacciones, las contradicciones precisas, los detalles y los gestos de los interrogados para obtener alguna luz.

No es la única anomalía. La primera de todas fue la consideración de la desaparición de Marta como una fuga de una menor del domicilio paterno y la negativa de la Policía a considerarla una desaparición en toda regla. Todos los expertos consideran que las primeras horas de la desaparición de un menor son fundamentales para su localización.

Sin embargo, en este caso, durante dos días el caso Marta no obtuvo la consideración debida. La familia de Marta ha confirmado este extremo. La menor desapareció en la tarde del sábado día 24 de enero de 2009 pero hasta el día 26 no empezó realmente a considerarse una desaparición.

Hasta entonces, la policía dijo a la familia que era normal y que volvería seguramente el lunes. Para prueba baste decir que el mismo día de la detención de Carcaño, el Delegado del Gobierno, Juan José López Garzón dijo que había pruebas de "total fiabilidad" que indicaban que Marta se encontraba en una provincia limítrofe de Sevilla.

Otra anomalía fue la tardanza en detener al principal imputado. Aunque se sabía que el primer sospechoso era Miguel Carcaño, no se le detuvo hasta 20 días más tarde, el 14 de febrero, permitiendo de ese modo que el luego confeso asesino de Marta pudiera hacer desaparecer toda clase de posibles pruebas.

Mucho después se supo que la máquina que averigua el ADN estuvo averiada en los primeros momentos impidiendo conocer los resultados de manera inmediata ya que se tuvieron que mandar todos los materiales a analizar a Madrid. Se perdió así un tiempo precioso para conocer la verdad e impedir que los principales sospechosos redondeasen sus coartadas.

Aunque Rubalcaba prometió a la familia toda clase de medios y de tiempo, la realidad fue bien otra. El 19 de marzo Rubalcaba visitaba Sevilla donde se reunió con el padre de la joven y le aseguró que "no habría límite temporal ni económico". Ese mismo día se paralizaban las labores en el vertedero ante la falta de fondos del Ministerio.

Por su parte, el jefe Superior de la Policía Nacional en Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, también hizo siempre caso a las declaraciones de Carcaño y el resto de acusados. Recuérdese la historia de un cenicero que pudo acabar con la vida de Marta y que nunca apareció. Por si fuera poco. Álvarez llegó a afirmar que Marta del Castillo "sufrió la agresión entre las 20.02 y las 20.35 horas en el domicilio de Miguel en la calle León XIII de Sevilla, estando ambos de pie", pero nada se ha demostrado sobre ello.

Ahora se desvela que tampoco han sido grabados los interrogatorios de los imputados en ninguna de las fases del procedimiento. La ausencia de tales grabaciones impide no sólo conocer con precisión y exactitud lo que dijeron, sino además cómo lo dijeron, cuando titubearon, cuando se contradijeron, cómo reaccionaron ante diferentes o idénticas preguntas, etc. Es decir, no se puede utilizar tal material de primera importancia en el repaso de los hechos contados por ellos mismos.

Para ello sólo se cuenta con el resumen realizado por el Juzgado que, como es sabido, no siempre recoge detalles que podrían llegar a ser esenciales en una revisión a fondo de todo lo acontecido desde enero.

Fuentes próximas a la familia del Castillo han dicho a Libertad Digital que, al igual que en el caso de la droga desaparecida, debería hacerse una investigación interna por parte de la Policía para averiguar qué cosas debieran repetirse por haberse hecho mal.

Por ejemplo, deberían repetirse los interrogatorios de los imputados y los careos, pero usando ahora los modernos métodos de grabación que es inexplicable cómo no se utilizan sistemáticamente en la Policía y en el Juzgado. Por ello, consideran que es preferible "re-instruir" una parte del procedimiento antes que dar por cerrado el sumario sin contar con el cadáver de Marta, única pieza clave que podría arrojar la luz necesaria sobre el caso.

Igualmente, consideran que no debe pararse la búsqueda del cuerpo de Marta y que la decisión del juez de cerrar con prisas la instrucción del caso parece indicar que ya se ha considerado que el cuerpo no aparecerá y que renuncia a sacar la confesión de los imputados acerca de su paradero, lo que produce un gran dolor a la familia porque no parece que en ausencia del cadáver, pueda alcanzarse justicia en este caso.

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