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Pacheco: "En medio de la catástrofe, sigue en pie el misterio y la gloria del Quijote"

El escritor mexicano José Emilio Pacheco ha recogido este viernes el Premio Cervantes. Tras protagonizar la anécdota del acto cuando antes de recoger el premio se le cayeron los pantalones, ensalzó en su discurso la humildad de Cervantes y de todo su gremio.

El escritor mexicano José Emilio Pacheco ha recogido este viernes el  Premio Cervantes. Tras protagonizar la anécdota del acto cuando antes de  recoger el premio se le cayeron los pantalones, ensalzó en su discurso  la humildad de Cervantes y de todo su gremio.

"Me gustaría que el premio Cervantes hubiera sido para Cervantes. Cómo hubiera aliviado sus últimos años el recibirlo", afirmó José Emilio Pacheco tras recoger de manos del Rey el máximo galardón de las letras hispanas.

Pacheco, que había anunciado un discurso "muy sencillo y muy modesto", aseguró en su intervención que la situación de los escritores no ha cambiado desde los tiempos en que el propio Cervantes y su rival Lope de Vega se humillaban "ante duques, condes y marqueses".

"Casi todos los escritores somos, a querer o no, miembros de una orden mendicante. No es culpa de nuestra vileza esencial sino de un acontecimiento ya bimilenario que tiende a agudizarse en la era electrónica", aseguró el escritor mexicano, de 70 años, que llegó a la Cátedra del Paraninfo ayudándose de un bastón.

Allí le aguardaban diversas autoridades, entre ellas los Reyes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero -quien llegó acompañado de su esposa, Sonsoles Espinosa-; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; la responsable de Cultura del Gobierno mexicano, Consuelo Sáizar, y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde.

Pacheco encontró "argumentos contra la vanidad" incluso en la anécdota que protagonizó cuando se le cayeron los pantalones -"no tenía tirantes", explicó a los periodistas- minutos antes de que comenzara en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares el acto de entrega del premio.

De la "bondad" y la "modestia" del autor de "Tarde o temprano" dejó constancia en su discurso el Rey, quien destacó que la obra del galardonado rezuma "una humanidad y un compromiso fraterno" que "le han llevado siempre a estar cerca de los que sufren".

Como ejemplo citó "Las ruinas de México", el poema escrito por Pacheco tras el terremoto que asoló su país en 1985, y recordó el "hondo dolor" causado por los reciente seísmos sufridos por "el querido Haití" y "esa patria hermana y literaria que es Chile".

Pacheco había terminado su discurso afirmando que "nada de lo que ocurre en este cruel 2010 -de los terremotos a la nube de ceniza, de la miseria creciente a la inusitada violencia que devasta a países como México- era previsible al comenzar el año".

"Todo cambia día a día, todo se corrompe, todo se destruye", añadió el galardonado, quien, sin embargo, dejó una puerta abierta: "En medio de la catástrofe, al centro del horror que nos cerca por todas partes, siguen en pie, y hoy como nunca son capaces de darnos respuestas, el misterio y la gloria del Quijote", afirmó.

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