Según informa El Mundo, el joven asistía como oyente a clase de francés en la Escuela Oficial de Idiomas, dependiente de Educación, en Palma de Mallorca. No era alumno oficial porque no se matriculó a tiempo pero la profesora le permitía asistir a clase para preparar el examen al que se presentaría en junio.
El diario cuenta que el estudiante, enfermero, se fue un día a una cafetería con varios compañeros y allí comenzaron a hablar del catalán y su imposición en diversos ámbitos. El chico se oponía junto a una compañera a que el idioma fuera un requisito para el acceso al sistema sanitario balear pero otros estudiantes sostuvieron lo contrario. Según el joven, le llamaron “fascista” y le invitaron a dejar la isla, a la que llegó hace dos años y medio.
La profesora, tras conocer lo ocurrido, envió un correo electrónico al joven pidiéndole que dejara la clase. El texto del mail, que reproduce El Mundo, es el siguiente:
- “Me he enterado de la discusión que tuviste con los demás alumnos de la clase de avanzado 2 de francés la semana pasada. Dado que esto ha desencadenado un malestar entre la gente y tú no eres alumno oficial, lamento pedirte que no vuelvas a clase. Gracias por tu comprensión”
El estudiante le contestó quejándose de la medida y le pidió que le indicara de qué temas sí estaba autorizado a discutir fuera de clase con sus compañeros. Pero ya no hubo respuesta.
El diario incluye la valoración del director de la escuela, Rafael Monreal: “Sea justificado o no, se ha creado un mal ambiente en el grupo y esta persona es corresponsable de esta situación”. Sí apunta que fue la profesora la que tuvo la culpa por admitir a un alumno oyente y luego echarle, pero, añade, “tampoco la vamos a crucificar por ello”.