Piden un año de prisión para un ex concejal socialista y su novia, del PP

La fiscal ha mantenido su petición de condena de un año de prisión para un ex concejal socialista de Barbate (Cádiz) y su novia, por las lesiones que se produjeron mutuamente durante una violenta discusión entre la pareja porque uno de ellos le había dado un biberón frío a la hija de ambos.

La celebración del juicio en el juzgado de lo penal número 4 de Cádiz ha permitido que ambos jóvenes, Antonio Malia Román y María Teresa Crespo, se sentaran juntos, aunque sin hablarse ni apenas cruzarse miradas, en una vista en la que sus respectivos abogados han pedido su libre absolución.

Llevan separados por una orden judicial de alejamiento tres meses y medio, desde que ambos se lesionaron mutuamente en una pelea ocurrida el 26 de septiembre, días antes de la fecha prevista para la celebración de la boda de esta pareja en la que las discrepancias políticas -él era militante del PSOE y ella de Nuevas Generaciones del PP-, no parecían enturbiar la relación sentimental.

Sí lo hizo un biberón frío, lo que desató la violenta pelea, según contó entonces Antonio Malia a un policía local que ha testificado este miércoles en el juicio.

Los hechos, según el fiscal, se produjeron sobre las 04:30 de la madrugada del 26 de septiembre cuando la pareja, tras celebrar una fiesta con unos amigos en su casa de Barbate y una vez que sus invitados se habían marchado del domicilio, se enzarzó en una discusión porque uno de ellos le había dado el biberón frío a la hija de ambos, un bebé de meses.

Según la fiscal, él le dio a su novia un puñetazo en la frente, y varios golpes en la cara y ella le hizo arañazos en la cara y en el antebrazo, un mordisco en el labio inferior y le golpeó en la cabeza con el auricular del teléfono fijo del domicilio, a resultas del cual el entonces concejal de Juventud y Deporte en el Ayuntamiento de Barbate sufrió una brecha que dejó un charco de sangre en la casa.

Ninguno de los dos ha querido hoy hacer declaraciones en la vista oral, en la que han prestado declaración un vecino que acudió al oír gritos y el llanto del bebé, la médico que hizo el parte de lesiones (calificadas como leves porque no precisaron asistencia médica) y los dos agentes que llegaron a la casa de la pareja, después de que la mujer llamara "llorando y nerviosa" a la Policía Local.

Todos ellos han explicado que ambos estaban nerviosos y llorando tras la pelea, por lo que, después de ser asistidos en el centro médico local, fueron detenidos y conducidos primero ante el cuartel de la Guardia Civil y después ante el titular del juzgado, que decretó la orden de alejamiento mutuo, una medida preventiva hasta que se celebrase el juicio y haya una sentencia.

Aunque los abogados de ambos han solicitado la libre absolución y no han acusado a la otra parte y han insistido en que no había testigos de la pelea y en la idea de que lo ocurrido pertenecía a "la esfera íntima", la fiscal ha mantenido su petición de condena, un año de prisión para ambos y tres años de alejamiento entre ellos al entender que el delito de maltrato que les imputa a ambos "sobrepasa" los límites de la intimidad de la pareja.

Pese a esta petición de la fiscal, los abogados defensores confían en que la sentencia sea absolutoria, según ha apuntado al término del juicio el abogado Jesús Gómez Grosso, defensor de Antonio Malia, quien, tras la pelea, fue suspendido de militancia del PSOE y dejó su puesto como concejal.