El País abre su portada con las exigencias de Bruselas de un ajuste aún mayor. "Bruselas exige más sacrificios". Sobre la huelga general, cuenta que Toxo admite que no pretenden cambiar la situación política y que el Gobierno no es objetivo. ¿Cuál es entonces? Pues no lo aclaran. En el editorial, dice El País que "no hay razones objetivas para mantener a la economía española en una espiral de reticencias", pero advierte que "las dudas jurídicas del gobierno sobre la reforma laboral tampoco ayudan" y concluye que es el momento de "reestructurar en profundidad el gasto de las Administraciones públicas".
El otro editorial es contra Aznar, siempre fuente de inspiración para la izquierda. Dice el diario de Prisa que Rajoy "debería evitar aparecer en público como el empleado de Aznar" porque parece "el actor secundario junto al gran actor de carácter que se hace dueño del escenario". Se trata del mismo periódico que aplaudió con ardor la reaparición de Felipe González como salvador del PSOE y abuelo de Zapatero dando consejos y ánimos a su descendiente. Qué cara más dura.
El Mundo también habla de los recortes que exige Bruselas y de la huelga general. En el editorial, atiza a los sindicatos: "lo que propugnan en estos momentos los dirigentes de UGT y CCOO es sencillamente suicida". Si lo que quieren es la salida del euro "que lo digan sin rodeos para que nadie se engañe".
Jiménez Losantos también habla en su columna sobre los sindicatos y la huelga general. "El recorte social más urgente, que es el de suprimir las ayudas estatales a sindicatos, patronales y partidos políticos, no se contempla. Lástima". Dice Federico Jiménez Losantos que Méndez y Toxo son "los sindicatos verticales del Zapaterismo, los Coros y Danzas de su impunidad". Convocando la huelga general para septiembre "me recuerdan a las millonarias de ¡Hola!: Menganita Menganítez, tras sus vacaciones de verano, se ha tomado unos día de descanso en Playaplof. Hay vacaciones agotadoras".
La Razón también critica la huelga. "La huelga amañada", titula, al considerar que "está pactada con Zapatero y camuflada con una protesta europea". "Los sindicatos tienen que guardar las formas y salvar su maltrecha imagen", dice Sáenz de Buruaga.
ABC, sin embargo, lo ve de otra manera. Dice que Zapatero se queda sin sindicatos y certifica el "divorcio, al menos aparente, entre Gobierno y sindicatos". Sin embargo tiene otra lectura del aplazamiento de la huelga. Cree que los sindicatos tienen que "reinventarse como organizaciones representativas de los trabajadores y desprenderse del papel de escuderos del Gobierno".
En una durísima columna, Antonio Burgos constata que el problema es el Gobierno. "Vaya tela lo que nos dejaron las mochilas de Atocha", dice, y añade que "la que nos ha caído encima no es la crisis, sino el resultado desastroso del parcheo de las improvisaciones con que estos tiparracos hace dos años que están tirando el dinero que no teníamos para solucionar la crisis que negaban y no saben cómo atajar". "Día que pasa es día que estos incompetentes hacen mas gordo el agujero negro de la deuda. Siguen tirando el dinero que no tienen. De nada sirve que anuncien la reforma laboral. Mejor que anunciaran las urnas".
Y en Público, Isaac Rosa compara la crisis con Psicosis. "Los villanos iniciales salieron de escena y la que parecía un película sobre la debacle del capitalismo y su necesaria refundación se convirtió en otra cosa: una historia de ajustes brutales, ataques a las economía nacionales y recortes de derechos sociales. Como en Psicosis, nos hemos encontrado por sorpresa con una peli de terror que tiene a todos asustados".
La Gaceta anuncia que ficha a Regina Otaola, que colaborará con el periódico como columnista. Le deseamos suerte en esta nueva ocupación.