El GAL vuelve a las páginas de El Mundo para a atizar a Tomás Gómez -qué poco dura un héroe- a quien se le ha ocurrido lucir a Barrionuevo entre sus ilustres apoyos. Así que dice Pedro J. que "ya sabemos quién le avala: políticos condenados por secuestro y malversación sus cómplices, amigos y encubridores. Los socialistas madrileños deberían pensárselo dos veces antes de votar a Gómez si éste no rectifica". Y eso que según este mismo periódico, el alcalde de Collado Villalba "acusa a Gómez de buscar el aplauso de El Mundo y la Cope". No debe de leer El Mundo ese alcalde.
Jiménez Losantos dice que "Zapatero será el peor gobernante de la Historia de España, pero no está solo. Por arriba y por abajo le acompañan en la liquidación del Estado nacional todas las instituciones, del Rey al Parlamento pasando por el Poder Judicial, los sindicatos, el artisteo zejatero y la telebasura. Sin olvidar, naturalmente, a la Oposición". Y es que "Rajoy puede presumir de haber devuelto a la izquierda el control de la calle". "La postura de Rajoy ante la Huelga Política del Gobierno es conocida: se trata de una pelea interna dentro de la izquierda en la que ella sola se desgastará". Pero para Jiménez Losantos la huelga "es una inversión de futuro: es el síntoma de la posible reagrupación de la izquierda en torno a ZP".
La Razón ofrece la segunda parte de una entrevista a Rajoy y se deshace en halagos en el editorial. "Mensaje de confianza", titula. "Rajoy ofrece la imagen del líder sólido y creíble capaz de pilotar el cambio político", dice La Razón con todo su desparpajo.
Cesar Vidal está convencido de que "la huelga sería un fracaso clamoroso si no existieran una bandas de la porra que amenazan a los trabajadores que quieren trabajar" y apoda a Pepe Blanco "Pepiño cierra cielos" por su genial idea de cerrar el espacio aéreo español el día de la huelga para ayudar a los sindicatos. De locos.
El País destaca el "perfil conciliador" de Zapatero ante la huelga contra no se sabe quién de los sindicatos. Y José María Ridao lo explica clarísimo en su artículo "Huelga de caballeros". "Dentro de dos días tendrá lugar la huelga general más extraña que se ha convocado durante el periodo democrático en España. Extraña, en primer lugar, porque los sindicatos no desean un éxito de tal magnitud que deje al Gobierno contra las cuerdas. Pero extraña, además porque el Gobierno teme un fracaso que cause un daño irreversible a los sindicatos". Lo dicho, de locos.
Para Público las principales víctimas de la huelga son los actores, que tienen "miedo ante la llamada a la movilización". Como se lo cuento. Según el periódico de Roures temen "afrontar las posibles consecuencias" de ir a la huelga. "La coacción que, según los trabajadores –se refiere a los actores- ejercen las productoras sobre los profesionales del sector les concede un estrecho margen de decisión". Pero que lastimita, que lastimita. ¿A que hay que tener cara?
La Gaceta vuelve a meter el dedo en el ojo de Cándido Méndez por su afición a los restaurantes de lujo. "No estamos en ninguna campaña antisindical", dice Carlos Dávila. Pero cree que "los comportamientos de sus dirigentes parecen no adecuarse a sus reivindicativas funciones y que el actual sindicalismo es claramente revisable".
Federico Quevedo pone a caldo a Zapatero a cuenta de la huelga. "Nos ha llevado a la ruina. Nos ha engañado, mentido y traicionado. Ha sido y es el peor presidente que haya tenido nunca este país, ha gobernado con rencor y con malicia, ha dividido, enredado y provocado a los ciudadanos". Pero pide no hacer huelga, ir a trabajar "aunque sea andando" y después ir a la manifestación con "un grito unánime en nuestras calles: "¡Zapatero, vete ya!".
Y cuenta El Mundo que Zapatero "ha caído en las redes de la vigorexia". Vaya por Dios, lo que le faltaba al presidente. Se lanza a la carrera "por el monte de El Pardo acompañado por un par de escoltas de la Guardia Civil" y encima le acompañan "varios altos cargos de La Moncloa". Qué bonita estampa. Zapa corre que te corre monte arriba y un montón de esclavos detrás con la lengua fuera. ¿A qué es cómico?