Nadie sabe qué mosca le picó ayer a Bono para montar la bronca que montó en el Congreso al entrarle un repentino ataque de puntualidad. Ha trascendido hoy que el día anterior ya afiló los dientes en la cena con periodistas. Y ya nadie da un duro por Zapatero.
Público tiene la mosca detrás de la oreja. "Bono enreda con la sucesión de Zapatero". Para meterle el dedo en el ojo le llaman el "gran perdedor" –por perder contra Zapatero- y le acusan de "atizar el fuego" sobre la sucesión.
Juan Carlos Escudier le pone la soga al cuello a Zapatero. "Lo del presidente parece no tener remedio (...) no habría mayor calamidad para los socialistas que su candidatura misma. Con Zapatero se tiene la sensación de estar asistiendo a una inmolación en directo". Cree que está "empeñado en que la historia no le recuerde como el hombre que llevó al país a la ruina" –¿la historia le va a recordar?- "y de ahí el suicidio político e ideológico que ejecuta".
En ABC Carlos Herrera sacude a Zapatero para ver si se despierta. "El aspecto sonriente bonancible, optimista (...) se ha convertido en la expresión de un mustio desencantado, de un líder prematuramente envejecido, tritón y apesadumbrado (...) Que se lave la cara y salga, de nuevo, sonriente al balcón".
En El Mundo Justino Sinova acusa a Zapatero de "salirse por la tangente" para "evitar el apuro de apechugar con una decisión que es indefendible (...) A medida que la gente se va dando cuenta de que el Gobierno mata moscas a cañonazos, debe de sentir Zapatero la creciente indignación popular en su cogote". Pues no veo yo tanta indignación popular por poder comprar un billete de avión y poder utilizarlo, la verdad.
Lucía Méndez analiza el discurso de Bono en la comida navideña con periodistas, donde al parecer tampoco resistió la tentación de dar la nota. "Cargado de intención, acidez y maldad, pero dicho como si fueran alabanzas (...) a Rubalcaba le llamó 'liebre eléctrica' la que engaña a los perros y engaña a las otras liebres". Lucía lo tiene claro. "El presidente del Congreso quiso y quiere decirnos algo". Qué misterio, qué sinvivir. ¿Qué mensaje quiere transmitirnos Bono?
Y Raúl del Pozo atiza sin piedad al PP, al que llama 'señora Gaviota'. Daban ayer "patadas en las puertas que cerró Bono", buscan " la carne de un gobierno al que se le pone culo de sargento", ayer "atacó con voracidad a la bancada socialista" por "su hambre de poder". ¿Identifican al voraz atacante? Es el fiel retrato de Soraya. Y de Rajoy, qué duda cabe.
El País tambien se lía a trompazos con Bono por la que montó en el Congreso "sin esperar los minutos que se concede a los diputados para llegar hasta el Hemiciclo". Y se hace eco del cabreo de Teófila Martínez: "Se han acostumbrado a sacar los tanques". La actitud del presidente del Gobierno la define en un titular: "Zapatero asistió mudo a todo el debate y a la votación".
La Razón llama al presidente "convidado de piedra" y José Antonio Vera también constata lo que ya sabe todo el mundo, que "al presidente le aprietan desde dentro para que decida su futuro", pero él "no tiene muchas ganas de repetir (...) El panorama electoral es negro" y de ahí la "guerra de codazos entre barones".
Y La Gaceta hoy tiene en bandeja hablar de Bono que "se erige en el protagonista del estado de alarma " por su "incontinencia verbal". También hay para Zapatero. "Le habría dado tiempo a defender la prórroga: faltó que le diera la gana. (...) Todo le hacía gracia, sonreía hasta cuando le reprochaban falta de arrestos o responsabilidad. Cuchicheos de colegial con Rubalcaba y a esperar que pase el chaparrón".