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Rouco, camino de hacer historia y Sistach de quedar totalmente relegado

Las próximas elecciones de la Conferencia Episcopal pueden dejar a Rouco como principal figura de la Iglesia española. Sistach, de nuevo arrinconado.

El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, es sin ningún género de duda el mayor exponente de la Iglesia Católica en España y es además un referente entre los obispos españoles. De hecho, esta influencia se ve claramente tras sus tres mandatos al frente de la Conferencia Episcopal y que sólo fue brevemente interrumpido por Ricardo Blázquez, ahora arzobispo de Valladolid.

Además, Rouco Varela comparte una gran sintonía con Benedicto XVI y antes con Juan Pablo II. Muestra de ello es la llegada de la Jornada Mundial de la Juventud y el papel que ha desempeñado el arzobispo gallego en los nombramientos de los nuevos obispos durante los últimos años y que han cambiado el perfil de muchos de ellos. De hecho, es miembro de la Congregación vaticana encargada de los nombramientos episcopales.

El próximo 28 de febrero arranca la próxima Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal. Esperada porque tiene que renovar la cúpula directiva con todo lo que ello conlleva. Los rumores ya circulan pero hay dos cosas que parecen más que claras: que Rouco Varela repetiría como presidente y que el cardenal Martínez Sistach volverá a seguir en un segundo o incluso tercer plano.

El cardenal Rouco presentará su renuncia al Papa durante su visita a Madrid al cumplir la edad de 75 años el próximo mes de agosto tal y como establece el canon 401 del Código de Derecho Canónico. El que esté más o menos tiempo desde entonces depende ya del Papa. Y es ahí donde se ve la sintonía del Pontífice con el prelado. Pocos dudan que el arzobispo de Madrid estará al menos dos años más de los reglamentarios al frente de la Diócesis de la capital.

A pesar de cumplir los 75, Rouco es el máximo y casi único candidato a repetir como presidente lo que le haría superar al cardenal Tarancón, que presidió la Conferencia Episcopal durante tres mandatos. De esta manera el actual arzobispo superaría al conocido como el obispo de la transición y desaparecería su legado, del que ya tan sólo quedan unos pequeños vestigios en forma de obispos, la gran mayoría ya eméritos o a punto de presentar la renuncia. Además, este signo significaría la nueva línea de la Iglesia española, más cercana a Roma superando los años más conflictivos del postconcilio.

Pese a las conjuras de los medios más progresistas para derrocar a Rouco el debate más creíble es el papel que desempeñarán el resto de pesos pesados. Con los nuevos estatutos habrá muchos cambios y se puede poner aún más de manifiesto la línea que se está siguiendo actualmente.

El arzobispo de Barcelona no puede repetir como vocal del Comité Ejecutivo. Tiene un papel muy comprometido puesto que la única salida factible es que opte a la vicepresidencia para así salvar los muebles. Otra cosa sería dejar a todo un cardenal fuera de los órganos de dirección.

Sin embargo, Martínez Sistach no lo tendrá nada fácil. Su carisma y su línea pastoral no es muy seguida por el resto de obispos. Además, algunos de sus rivales para el puesto representan al futuro de la Iglesia en España.

El actual vicepresidente, Ricardo Blázquez, puede repetir en su puesto pero también cabe la posibilidad de que sea sustituido por otro prelado pese a que el ex obispo de Bilbao no despierta antipatías entre sus compañeros.

Peros dos de los futuros pesos pesados van pidiendo paso. Por un lado, el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, y por otro el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo. Ambos pertenecen actualmente al Comité Ejecutivo junto a Sistach y al arzobispo castrense Juan del Río.

Al igual que ocurre con el cardenal catalán, Osoro no puede repetir como vocal por lo que su salida pasa también por optar a la vicepresidencia. Mientras tanto, más tranquilo puede estar Asenjo, al que le falta un mandato que cumplir. A su favor también está su pertenencia a la escuela toledana, de donde procede, y que es de los pesos pesados del episcopado debido a los numerosos obispos que han salido del seminario de don Marcelo González.

Mucho obispo para un sólo puesto. Saber quién será el perdedor de estas elecciones tendrá una gran trascendencia, ya que establecerá la línea a seguir durante los próximos años. También quedará de manifiesto los movimientos para la época post Rouco, y observando el panorama ésta no llegaría antes de 2014 tras finalizar el que podría ser su cuarto, último e histórico mandato.

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