No puede decirse que le haya pillado de improviso la pregunta al vicepresidente del Gobierno. En rueda de prensa tras el Consejo de ministros, los periodistas el preguntaron que opinaba sobre la polémica creada en torno a Salvador Sostres. "La conversación en sí me parece deplorable, es más vomitiva" dijo rápidamente.
Rubalcaba despachó rápidamente otra pregunta sobre la deuda de Gallardón, para seguir cargando las tintas contra el columnista de El Mundo. "Hay que defender la intimidad, el derecho a que no te escuchen y a la libertad de expresión" decía, en relación al carácter privado que tenía la conversación de marras: "pero creo que los políticos cuando opinamos de esto tenemos que hacer pedagogía moral, junto a la defensa de la libertad de expresión hay cierto tipo de expresiones deplorables, cuando no vomitivas" insistía.
El vicepresidente elevó el tono de su crítica, según se escuchaba a sí mismo: "Hay que decírselo a los ciudadanos, a los padres que tienen hijos" alertó.
Además, en referencia a las explicaciones que tanto Sostres como Esperanza Aguirre dieron de lo sucedido – que era una conversación privada, grabada sin el conocimiento de los participantes para filtrarlo a Prisa- Rubalcaba dijo que: "No me valen las explicaciones que se han dado, porque empieza a haber mucho de esto". "Son expresiones imposibles con la televisión pública" sentenció.