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el 13, el más demandado

¿Terminaciones malditas en la Lotería de Navidad?

Las terminaciones menos afortunadas han sido el 1 y el 2.

La ley de la probabilidad nos dice que todos los números tienen las mismas posibilidades de resultar premiados con el Gordo, pero la suerte se ha mostrado esquiva con algunos números desde su nacimiento en 1812.

Históricamente, y ya van casi 200 años, las terminaciones menos afortunadas han sido el 1 y el 2, con ocho y 13 premios respectivamente, y en terminaciones de dos cifras el 09, 10, 13, 21, 25, 31, 34, 41, 42, 43, 48, 51, 54, 59, 67, 78 y el 82, que nunca han obtenido el primer premio en la Lotería de Navidad.

Los españoles demandamos los décimos terminados en 13 convencidos de su próxima aparición en el primer premio, tan convencidos estamos que se agotan mucho antes de la llegada del frío a nuestros hogares, y sin embargo, esta terminación jamás ha sido agraciada en el sorteo del 22 de diciembre.

En cuanto a la fortuna por provincias, la Comunidad de Madrid es una de las más agraciadas a lo largo de la historia del sorteo, seguramente por el meyor número de habitantes y de visitantes que compran lotería en la región. Los madrileños compran mayoritariamente en la provincia décimos acabados en 7, aunque el que más premios ha recibido es el acabado en 5. Cuestión de gustos. Las siguientes provincias preferidas para comprar el décimo de Navidad son Barcelona, Alicante, Málaga y Valencia, notándose que en los meses de verano la afluencia de visitantes y turistas aumenta la venta de décimos.

Olvidadas de la amada fortuna quedan otras provincias, como Ávila, Melilla, Orense, Zamora, Salamanca y Tarragona que nunca han tenido la oportunidad de celebrar la venta del primer premio de la Lotería de Navidad.

Fastidia reconocer que aunque año tras año busquemos el primer premio del año anterior, solo uno ha resultado premiado en dos ocasiones con el gordo: el 15.640. Sucedió en los años 1956 y 1978, en ambas ocasiones los niños de San Ildefonso cantaron el mismo número

Somos muchos los que unimos nuestros décimos a una herradura o a la pata de un desafortunado conejo, intentando atraer la buena suerte, lo que ya no es tan fácil de entender es qué nos mueve a comprar una terminación como el 13, que nunca ha sido premiada con el gordo.

Lotería de Navidad

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