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PRETENDE REFLEXIONAR SOBRE LA PENA CAPITAL

Un artista hará comida para peces con el cadáver de un condenado a muerte

Cada persona entiende el arte a su manera. Así lo cree el artista chileno Marco Evaristti, que ha firmado un acuerdo con un preso condenado a muerte para que le ceda su cuerpo y pueda transformarlo en comida para peces. Su objetivo es "reflexionar" sobre la pena capital. De hecho, su idea es que sean los propios asistentes a la muestra los que alimenten a estos animales. Ante las críticas se pregunta: "¿Cómo es posible que alguien reaccione así por un cuerpo que de todas formas se va a pudrir y no diga nada porque se mate a gente?".

Cada persona entiende el arte a su manera. Así lo cree el artista chileno Marco Evaristti, que ha firmado un acuerdo con un preso condenado a muerte para que le ceda su cuerpo y pueda transformarlo en comida para peces. Su objetivo es "reflexionar" sobre la pena capital. De hecho, su idea es que sean los propios asistentes a la muestra los que alimenten a estos animales. Ante las críticas se pregunta: "¿Cómo es posible que alguien reaccione así por un cuerpo que de todas formas se va a pudrir y no diga nada porque se mate a gente?".
LD (EFE) El artista chileno afincado en Dinamarca Marco Evaristti ha firmado un acuerdo con un reo condenado a muerte en Estados Unidos para que le ceda su cuerpo tras su ejecución y pueda transformarlo en comida para peces en una exposición donde "reflexionará" sobre la pena capital.
 
Su idea es que sean los propios asistentes a la muestra los que alimenten a los peces. De hecho, Evaristti conoció a Gene Hathorn, de 47 años y en prisión desde 1983 por el asesinato de su padre, madrastra y hermanastro, en 2007, cuando estaba trabajando con la idea de la pena capital e investigaba quién era el preso que llevaba más tiempo en el corredor de la muerte en Estados Unidos.
 
"Empezamos a escribirnos cartas y luego fui a visitarlo a la cárcel en Texas. La segunda vez que estuve allí me contó que algunos presos donaban su cuerpo para fines científicos. Le pregunté qué le parecía donar el suyo para una obra de arte y aceptó", indicó. Leyendo los papeles del proceso vio que Hathorn era considerado literalmente un "desperdicio humano", por lo que decidió transformar la "basura" en algo positivo.
 
La idea de la comida para peces proviene de una polémica instalación que él montó hace varios años en distintos museos y que consistía en unas licuadoras con un pez dentro, que el visitante podía matar apretando simplemente el botón de encendido.
 
Como entonces algunos le llamaron asesino de peces, decidió dar un "giro de 180 grados" y convertirse en alimentador de peces. Las acusaciones de falta de ética que ha recibido de detractores por su nuevo proyecto le resultan incomprensibles por hipócritas.
 
"¿Cómo es posible que alguien reaccione así por un cuerpo que de todas formas se va a pudrir y no diga nada porque se mate a gente?. ¿Cómo podemos aceptar que exista pena de muerte en estos tiempos?. No pueden existir ese tipo de castigos", inquirió. El artista de origen chileno sostiene además que a Hathorn le van a inyectar tres venenos que fueron desarrollados por un científico nazi.
 
Evaristti reclama el derecho a realizar una crítica constructiva y espera que la obra provoque una reflexión sobre la pena de muerte y ayude a abolirla, aunque no sabe cuándo se inaugurará la muestra. Por su parte, Hathorn espera conocer el resultado de su solicitud de apelación, proceso que puede durar de 1 a 5 años y que ha sido financiado por un grupo de personas, entre ellas el artista, quien considera, sin embargo, mínimas las posibilidades de que escape a la condena.

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