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Un juez absuelve a un acusado de pegar a su mujer porque la víctima "vestía cada día diferente"

El juez titular del Juzgado Penal número 22 de Barcelona, Francisco Javier Paulí Collado, ha decidido absolver a un presunto maltratador al no presentar la víctima la imagen de una "mujer maltratada" ya que acudió al juicio "vestida cada día diferente, a la moda, con anillos, pulseras, curiosos pendientes y gafas de tamaño grande". Mientras que en círculos políticos se ha calificado esta sentencia de indignante, la judicatura y el Observatorio contra la Violencia Doméstica la han calificado de correcta, aunque han criticado "algunos párrafos".

El juez titular del Juzgado Penal número 22 de Barcelona, Francisco Javier Paulí Collado, ha decidido absolver a un presunto maltratador al no presentar la víctima la imagen de una "mujer maltratada" ya que acudió al juicio "vestida cada día diferente, a la moda, con anillos, pulseras, curiosos pendientes y gafas de tamaño grande". Mientras que en círculos políticos se ha calificado esta sentencia de indignante, la judicatura y el Observatorio contra la Violencia Doméstica la han calificado de correcta, aunque han criticado "algunos párrafos".
(Libertad Digital) Aunque parezca increíble, el juez de Barcelona ha decidido absolver a la pareja de la víctima, una joven mujer marroquí llamada Altifa Daghdagh, entre otras cosas porque su imagen no concuerda con la de una “mujer maltratada”, a pesar de que existe informe médico forense en el que se prueba que la mujer tenía “hematomas distribuidos por gran parte del cuerpo” producto de “golpes”. Sin embargo, no precisa la fecha exacta de las agresiones al no detallarse el color de los hematomas.
 
El diario agrega que tras recibir múltiples palizas, las mujer decidió huir de su casa pero según el juez el hecho “no concuerda con el temor, la desconfianza y la escasa capacidad de iniciativa que, lamentablemente, presenta el síndrome de la mujer maltratada”. En el fallo judicial, el juez Francisco Javier Paulí Collado añade que “incluso el aspecto físico que presenta Latifa durante los tres actos del juicio, no sólo arreglada, sino vestida cada día diferente, a la moda, con anillos, pulseras y curiosos pendientes, gafas de tamaño grande, demuestran una capacidad de Latifa para visionar el exterior que, ciertamente, no coincide con la de una mujer que ha pasado meses de agresiones”.
 
Pero no es lo único que se revela en la información aparecida este miércoles. El diario El Mundo informa de que el juez indicó que su interrogatorio, que se realizó dos años después de las agresiones,  “se ha realizado en normal tranquilidad, observando a la misma serena, respondiendo sin gestos ni aspavientos a las preguntas”. El diario también hace públicas unas declaraciones de la afectada que confesó que fue vendida a los 17 años por sus padres y viajó dos años después a Hospitalet de Llobregat donde su nuevo pero desconocido marido vivía con su madre. También dijo que al no aguantar la situación decidió irse de su casa ante lo que el marido puso una denuncia. Esto, según el juez, esto “presupone que se preocupa por la misma” y agrega que “Latifa pasa más de siete días sin estar con su marido cuando se elabora el informe médico, y ello unido al extraño periodo que pasa desde que desaparece de su casa hasta que denuncia, no permite dar luces claras sobre lo sucedido”.  Además, indica que el acusado no mostró durante el juicio “indicios de animadversión hacia las mujeres” y que sus respuesta fueron siempre “sin ser maleducado ni desatento”.
 
Por todo lo anterior, el juez Francisco Javier Paulí Collado, nombrado Decano de los Juzgados de Granollers por el Real Decreto 277/2002 de 8 de marzo de 2002, decidió desatender el pedido de la fiscalía que pedía siete fines de semana de arresto y orden de alejamiento ya que “no existe prueba alguna” de que el acusado fuera el responsable de hematomas de la víctima.
 
Declaraciones de Zaplana
 
El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, manifestó este miércoles desconocer el contenido de la sentencia pero agregó que "muchas veces hay sentencias que nos aterran y nos erizan la piel". Zaplana advirtió previamente de que no conocía la sentencia, porque "luego me riñen y con razón los responsables de la Judicatura, porque uno se pronuncia sobre una sentencia que ha leído en un medio de comunicación y después la sentencia es distinta, o más compleja, o es más amplia".
 
En cualquier caso, se refirió a la "la parte que pone encima de la mesa", y reconoció que "muchas veces hay sentencias que nos aterran, nos erizan la piel". "A estas alturas, poder convivir con análisis de esa naturaleza nos sorprende, pero dicho eso, no me pronuncio sobre el contenido de la sentencia en concreto, porque no lo conozco", concluyó. 

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