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Un padre se encarama a una grúa y pide que liberen a su hijo en Salamanca

Un hombre de 51 años, Fernando Navarro Blanco, permanece encaramado desde la madrugada en una grúa de obra en una céntrica calle de Salamanca, a unos 40 metros de altura, en protesta por el ingreso en la prisión de Topas de su hijo Alejandro, de 19 años. El hombre se niega a ingerir alimentos y bebida a pesar del calor sofocante. Familiares del joven atribuyen su encarcelamiento a la "psicosis" que se vive en Salamanca tras el asesinato de la joven María San Cipriano.

Un hombre de 51 años, Fernando Navarro Blanco, permanece encaramado desde la madrugada en una grúa de obra en una céntrica calle de Salamanca, a unos 40 metros de altura, en protesta por el ingreso en la prisión de Topas de su hijo Alejandro, de 19 años. El hombre se niega a ingerir alimentos y bebida a pesar del calor sofocante. Familiares del joven atribuyen su encarcelamiento a la "psicosis" que se vive en Salamanca tras el asesinato de la joven María San Cipriano.
L D (EFE) En declaraciones a los periodistas, Fernando Navarro ha calificado de "injusticia" el internamiento de su hijo en el centro penitenciario, ya que, según ha explicado, "ni a la familia, ni a su abogada" se les había comunicado ninguna sentencia.

El joven, según su progenitor, y su novia se habían agredido mutuamente, unos hechos que fueron denunciados y por los que incluso se celebró juicio hace un mes y medio.

Según ha declarado Mari Sol Escudero, tía del chico, el viernes por la tarde el joven, sin previo aviso, mientras estaba trabajando, fue detenido por la Policía Nacional, que esgrimió una orden de busca y captura, y ha ingresado en la cárcel de Topas.

Los familiares permanecen entre los juzgados y el lugar donde está colocada la grúa, situada a escasos metros, con el objetivo de que el juez de guardia les dé una explicación, "que hasta ahora -ha dicho la tía- se nos ha denegado" y para "convencer" a Fernando Navarro de que "desista de su actitud".

Sin embargo, el hombre ha reiterado que descenderá cuando se le permita ver a su hijo o se le dé "una explicación" de lo acontecido. "Prefiero estar aquí arriba, me encuentro bien, aunque no tengo ni siquiera agua para beber -ha dicho- porque si bajo soy capaz de cometer una locura y no quiero arrepentirme después".

Por su parte, Mari Sol Escudero ha añadido que lo ocurrido a su sobrino "es fruto" de la "psicosis" que se vive en Salamanca tras el asesinato en la madrugada del pasado jueves de la joven de 18 años María San Cipriano, presuntamente a manos de su novio, y "los jueces se quieren curar en salud".
 
Hasta el lugar se han desplazado sus familiares para pedir que desista de su protesta. Uno de los momentos de mayor tensión es cuando, en torno a las 14.00 horas, llegó una mujer de unos 30 años en un evidente y avanzado estado de gestación, que solicitaba entre llantos que cambiase de opinión y bajase de nuevo al suelo, y que tuvo que ser evacuada por los servicios sanitarios.
 
También, pasadas las 18.20 horas, llegaron al lugar familiares con comida, que le pretendieron proporcionar, pero el hombre se negó a acercarse y las otras personas, que intentaron subir, no pudieron hacerlo.
 
 En caso de no lograr su propósito, amenazó con tirarse, por lo que hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía y una UVI móvil.
 
La calle, ubicada en una zona céntrica de la capital salmantina y un de las principales vías de salida de la ciudad, se abrió a media mañana de hoy al tráfico después de permanecer a lo largo de la noche cortada. Desde entonces, el hombre se mantiene continuamente tumbado y sólo se mueve para buscar las pequeñas sombras que provoca la propia grúa.

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