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Un temblor sacude la localidad dominicana de Jimaní arrasada por una riada que dejó miles de muertos

La comunidad dominicana de Jimaní (suroeste), asolada por una riada que causó centenares de víctimas, rebosa de ayuda humanitaria, pero el desorden impera en el reparto a los damnificados mientras sigue el rescate de cadáveres. La situación empeoró porque un temblor de 4,4 grados en la escala de Ritcher sacudió la localidad donde existen edificios de poca altura.

La comunidad dominicana de Jimaní (suroeste), asolada por una riada que causó centenares de víctimas, rebosa de ayuda humanitaria, pero el desorden impera en el reparto a los damnificados mientras sigue el rescate de cadáveres. La situación empeoró porque un temblor de 4,4 grados en la escala de Ritcher sacudió la localidad donde existen edificios de poca altura.
LD (EFE) Según publica el periódico español El Mundo en su edición de Internet, el presidente del Centro de Operaciones de Emeregencia (COE), Radhamés Lora, ha informado de que un temblor de 4,4 grados en la escala de Ritcher sacudió la localidad dominicana de Jimaní, arrasada por una riada que se cobró la vida de unas 1.500 personas en Haití y República Dominicana.
 
En Jimaní, los damnificados se apretujan en largas colas frente a camiones cargados de alimentos, medicina y ropa, en tanto que otros corren detrás de vehículos que lanzan las donaciones para que las recoja el más afortunado. Los centros de recepción de ayuda están desbordados, por lo que "se ha detenido el flujo y se está asignando" a otros lugares del país que también resultaron afectados por las inundaciones, como la cuenca del río Yuna y Nagua, en el nordeste, dijo el director de la Defensa Civil, Radhamés Lora.
 
En Jimaní, cerca de la frontera con Haití, país también devastado por las inundaciones, varios damnificados, que lo han perdido todo, discuten por un colchón, mientras en algunas calles se puede ver ropa tirada.  Los dominicanos y la comunidad internacional se han volcado en ayudar a Jimaní, un poblado de unos 8.000 habitantes, donde la prioridad es ahora el saneamiento para evitar brotes de enfermedades epidémicas y el abastecimiento de agua potable.
 
Lora precisó que hasta el momento las autoridades han contado 388 cadáveres, arrastrados en la madrugada del pasado lunes por un alud de lodo y piedras, pero que esta cifra de seguro que aumentará, ya que hay más de 300 desaparecidos. Los muertos eran en su mayoría haitianos, ya que dos de los tres barrios más afectados por la riada estaban habitados por ciudadanos de esa nacionalidad.

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