Un hecho muy triste y lamentable. Probablemente el hombre es una mala bestia. Como contrapunto, tampoco estaría mal que de vez en cuando aparecieran reseñas de algunos de los 400 hombres suicidados en trance de separación. Tampoco estaría mal algún comentario sobre la influencia de la ley de violencia de género en ese genocidio, o sobre el estado de semi horfandad forzosa en el que quedan tantos niños.
Aquí, yo creo, se puede quitar lo de presunto sin miedo, eh. Hay un testimonio escrito y tras él un suicidio por miedo al agresor.