El caso Cougar se cierra en falso


El año 2005 no fue bueno para el ciudadano Bono. A comienzos de año denunció una agresión fantasma en una manifestación convocada por al AVT, de la que se acusó falsamente a dos militantes del PP. Los hechos fueron mostrando que no era más que un intento de desacreditar a las víctimas del terrorismo y que la versión oficial, también esta, era falsa. El otro caso era realmente trágico: la muerte de 17 soldados españoles en Afganistán al estrellarse un helicóptero Cougar.

El 7 de febrero compareció Bono en el Congreso para tratar el asunto. Recordemos que el informe oficial cifraba como causas inmediatas del accidente que el Cougar volaba a diez metros sobre el suelo y "a tope de carga". El vuelo se realizó, además, en unas condiciones meteorológicas y orográficas “adversas”. Pero ¿cuál es la razón de un vuelo tan peligroso? ¿De qué se escondía? Del enfrentamiento de las tropas aliadas con grupos terroristas en su esfuerzo de estabilizar la joven democracia de Afganistán. Era, en cualquier caso, una acción en un conflicto armado, pero si la causa hubiera sido un ataque terrorista, el destacamento español habría perecido en una acción de guerra. Demasiado para “un Gobierno con ansias infinitas de paz”. Bono defendió la versión oficial y la actuación con “transparencia y rigor” del ministerio que dirigía.

No obstante, según desveló la Cadena COPE, la actuación de Defensa no había sido tan transparente. Los documentos oficiales muestran que la sucesión de hechos fue la siguiente: el piloto del segundo helicóptero relató que realizó un giro brusco porque percibió que al primer aparato "le habían dado". Después, "al salir del helicóptero escuchó disparos", por lo que los soldados de la Brigada Ligera respondieron al fuego. No fue el único, los otros tres hombres, con mejor visibilidad del segundo helicóptero, coinciden en el relato de los hechos. Uno de los militares mantiene que "el vuelo era de combate". La versión oficial era falsa y el Gobierno “con ansias infinitas de paz”, que sacó a España del compromiso aliado en Irak sin consultar a los vecinos, estaba en guerra en Afganistán. Bono se mantuvo en su versión, achacando los informes desvelados al "odio político o de cualquier otra naturaleza". Siguiendo con la vieja estrategia de “no hay pruebas ni las habrá”, el Gobierno descuartizó el helicóptero que trasladaba a los 17 militares españoles, haciendo imposible que se practicaran pruebas que contradijesen la versión oficial.

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