Algo más interesante fue la declaración de Abdelkrim Benesmail, el llamado lugarteniente de Allekema Lamari. En su celda de la cárcel de Villabona se le encontró la fórmula de la cloratita, explosivo habitualmente utilizado por ETA, y los nombres y direcciones de los etarras Jorge García Sertucha, Fernando Iracula Albizu, Harriet Iragui y Henri Parot. El testigo, vestido de talibán, negó que esas notas fueran suyas y que alguien le requisase algo. El original de esos documentos ha desaparecido. Según el director de la prisión asturiana, Benesmail se comió la nota después de que le fuera devuelta. Gómez Bermúdez le preguntó por ello y el preso contestó: "¿Cómo me la voy a comer?"

También le preguntaron por su relación con Fernando Huarte, militante socialista y colaborador del CNI. En una conversación entre ambos grabada en la cárcel en octubre de 2004, Bensmail le dijo que "apoya y justifica las reivindicaciones de ETA". Ante el tribunal dijo que el miembro del PSOE le ayudó en una ocasión a conseguir un permiso penitenciario para acudir al dentista y contribuyó a pagar parte de los gastos de la factura. También reconoció que conocía a Allekema Lamari y dijo que éste le estuvo enviando dinero a prisión, a través de giros de "unos 100 euros", aunque no supo precisar cuántos giros recibió ni las fechas en las que le fueron enviados.

Fue el testimonio más importante de una jornada en la que llegó a la Secretaría de la Sala de lo Penal de la Audiencia la petición de Díaz de Mera para someterse a un careo con el comisario García Castaño, al que identifica como la fuente que le habló del informe sobre ETA y el 11-M. El tribunal solicitó este miércoles que el documento fuera remitido a la sala correspondiente para el estudio de su contenido. Sin embargo, fuentes jurídicas aclararon que al ser Díaz de Mera únicamente un testigo en esta causa, el tribunal del 11-M sólo considerará su solicitud si alguna de las partes personadas en el juicio —Fiscalía, acusaciones particulares y defensas— también lo solicita.