Décadas de propaganda machacando con la idea de que todo servicio público, sea el que sea, mejora cuanto más dinero pones en él han logrado convencer a muchos, pese a claros contraejemplos como el de la educación.

Siempre que gobiernan los socialistas los verdaderamente ricos preservan sus emporios con un tratamiento fiscal bastante benévolo que, en todo caso, todos ellos tienen la capacidad de sortear para que el gobierno no les toque ni un solo euro.

Con el festival de cine de San Sebastián supongo que hay que encontrar el equilibrio entre no ser injustos y no hacer como si las cosas que pasan no pasaran.

La sociedad española ha soportado demasiado sufrimiento por la acción criminal de ETA como para poder conformarse con un empate moral con la banda terrorista en la que sus victimas sean equiparadas a las supuestas víctimas de la acción del Estado.

Ni la creación de dinero hipoteca al resto de la sociedad, ni el cobro de intereses es una actividad usuraria que imposibilita el pago de todas las deudas, ni los bancos salen beneficiados cuando sus créditos resultan impagados.

Una manía del futuro presidente Rajoy es meter el “yo” convenga o no a la frase. Puede ser una influencia del que está estudiando inglés. En esa lengua es imprescindible poner el pronombre delante del verbo para que la frase se entienda.

El problema real no es que Grecia no tenga capacidad para reembolsar a sus acreedores el dinero que les debe; el problema real es que no tiene la menor voluntad de hacerlo.

Algún español esperaba que quienes promovieron la llamada “muerte digna” –es decir, eutanasia– se aplicaran la receta llegados los últimos estertores.

Hay varios casos en la historia electoral norteamericana que prueban cómo políticos casi ignorados, o desbancados de uno u otro partido por los medios a estas mismas alturas de la campaña, acabaron ganando la nominación.

El más poderoso presente que Erdogán ofrece a los libios es también su más poderosa arma para expandir su influencia por el Mediterráneo: el modelo turco de islamización.

Si existen paraísos fiscales es porque la mayor parte del mundo es un infierno fiscal. Y claro, en todo lo referido a los negocios por internet resulta mucho más fácil escaparse de dichas calderas de Pedro Botero en materia de impuestos.