Vuelve un Suárez sonriente, ahora llamado Albert, para recordarnos que en el centro está la virtud. Si no gana, es que España ha dejado de creer en los Reyes Magos.
Estas artistas malditas, que inventaron un estilo diferente, ajeno a las modas del pop, serían fuentes de inspiración de no pocos ídolos de la movida madrileña.