Sánchez tendría que haber dimitido en la noche del 20-D, tras cosechar el peor resultado del PSOE (90 diputados) en unas generales desde la Transición.
Los desastres gallego y vasco han acelerado la huida hacia delante de Pedro Sánchez, que ha pergeñado un proceso congresual en el que el PSOE puede, de hecho, implosionar.
La inevitable guerra entre cárteles y la guerra sucia de los paramilitares provocarán la descomposición social que sufre Venezuela y que buscan las FARC.
Cualquiera entiende que el plebiscito convocado por Santos sobre el arreglo con las FARC tiene por objeto tapar para siempre las bocas de sus críticos.