Ahora, la ANC recoge las enseñanzas del indiscreto Vidal y las inculca a equipos de misioneros que las utilizarán para catequizar a los catalanes profanos.
Cierto, Wilders no estará en persona en el Gobierno, pero sus ideas sí. Han impregnando la política del país y no desaparecerán de un día para el otro.
Hace poco una sueca metida a diputada
por parte del partido de izquierda moderada
ha declarado en firme, con voz autorizada,
que si violas rezando, la cosa queda en nada.
Se rien de esa parte de la sociedad que pretende seguir formando parte de España a pesar de los Puigdemones y Junqueros y hasta del propio Gobierno de la Nación.