Nadie se toma en serio la amenaza de Junqueras porque nadie en su sano juicio rompería la baraja cuando tiene a su alcance la presidencia de la Generalidad.
Una vez más, España, o sea, su Gobierno y la Monarquía, se ubica del lado de la tiranía que oprime a los cubanos, dando a estos la espalda como en tiempos socialistas.