Van quedando en los cargos los que tienen el punto de fanatismo o de cinismo suficiente como para seguir adelante sin dudarlo. El caso de Puigdemont es paradigmático.
Charlie morirá pronto en el hospital porque el Estado no quiso permitir que sus padres intentaran salvarle vida, y ahora no permite que pueda morir en casa.
La Ley contra el Cibercrimen ha desatado una oleada de protestas entre los periodistas y las organizaciones de defensa de los derechos humanos palestinos.
El Gabinete Colau seguirá desoyendo el código ético del Ayuntamiento en el punto que llama a "abstenerse de nombrar personal con quien pueda haber conflictos de interés familiar".