¿Qué les gusta de Otegi? Se lo pregunto a las personas que, en la Diada, se acercaron sonrientes a hacerse selfies con el que fue dirigente de la ETA y no ha condenado sus crímenes.
Las encuestas insisten en el precipitado del engorde de Oriol Junqueras, el silente líder de ERC, al tiempo que los alcaldes de Convergencia se parapetan en el búnker de 'El hundimiento'.
Ahí siguen y ahí van a seguir: amarrados al escaño y al sueldo y a las dietas, que la independencia está muy bien, pero con las cosas de pillar no se juega.
Emergieron voces hostiles a esta visita por parte de los sospechosos usuales: radicales islámicos, palestinos locales, militantes antisionistas y judíos izquierdistas.
Sería una marrullería que los hispanoamericanos resentidos contra España pretendiesen realizar sus ideales indigenistas en los proyectos del nacionalismo catalán.