Llega la hora de lanzar una verdad acorde con el sentimiento de los oprimidos, esa "inmensa mayoría" harta de falacias como la renta per cápita, que reclama libertad para su expresión y censura de cualquier otra.
Es indignante que el Gobierno de España haya promulgado un decreto ley con el exclusivo fin de permitir a esos empresarios librarse del infierno que ellos mismos ayudaron a levantar.
Ni los nacionalistas ni la izquierda basura de Iglesias y compañía tienen una España mejor que ofrecer. Lo único que pretenden unos y otros es destruirla.
En esa primera plana os llaman "gilipollas" unas personas que sí que pueden presumir de muertos por la libertad de expresión. Vosotros sólo podéis presumir de mentirosos.
Cientos de sacerdotes y obispos catalanes se han sumado a la injusticia, la opresión y la inhumanidad. Para denunciar su infame actitud se podrían utilizar los mismos argumentos que el papa Pío XI utilizó para denunciar el comunismo y el nazismo.