Encontrar el modo de impedir que los separatistas puedan emplear el dinero público en subvencionar su movimiento cuando vuelvan a tener el poder es la clave para acabar con él.
Colau rectifica. Colau recitifca y ordena. Colau se desdice. Colau rectifica y descarta. Colau da marcha atrás. Colau rectifica y retoma. Colau recula.
Un ridículo barco de alquiler atracado en el quinto pino ha bastado para desarticular los planes separatistas en los que se han pulido pujoles y puchimones miles de millones
El 11-M fue un atentado terrible que tuvo unas consecuencias tremendas para España. De hecho, buena parte de la dramática situación actual empezó a generarse aquel día.
Estas semanas, a cuenta de la atención que nos prestaron los medios internacionales, hemos notado que la España actual les interesa menos que la España que fue.
La democracia (norte)americana parece haber llegado a un límite, a un punto crítico en el que habrá que reformular consensos muy profundos de otra manera.