Para Puigdemont, no ha cambiado nada, salvo en lo relativo a que le ha ganado a Junqueras en su duelo particular y que entre ambos y la CUP retienen la mayoría absoluta.
Lo que no es lógico es que tomemos las decisiones pero nos neguemos a asumir los riesgos dando por hecho que no existen o que ya se encargará papá Estado.
Lo único que tiene sentido es llevar el móvil operativo y con la batería cargada, para poder tuitear impactantes imágenes de los efectivos de la UME repartiendo víveres.
Frente a la inmensa mayoría de los vascos de Cuba, indudablemente patriotas, fueron muy pocos los que apoyaron a los insurgentes. Tan pocos, que causaban sensación.