El nacionalismo tiene que destruir. No es sólo que tenga que destruir España. Tiene que destruir, antes que nada, Cataluña: la real, la existente, la plural.
¿Y no sería estupendo que, para evitar acusaciones de crueldad sentimental, el propio Pablo Iglesias, el "invisibilizador" de Tania, la sacara de detrás de la columna y le permitiera preguntar por la "invisibilidad" de Narcís Serra?
Pienso dedicar buena parte de mis últimos días a investigar si Rodríguez Zapatero es responsable de la reviviscencia del guerracivilismo o de envenenar las relaciones filiales y maritales.
¿Cómo es que una idea tan aberrante, y tan criminal en sus efectos desde el inicio, ha ejercido un atractivo tan poderoso en tanta gente, en muchos casos con una inteligencia de primera clase?