El PDeCAT es una inmensa red clientelar que necesita de modo irrenunciable el control del erario. Y por eso están dispuestos a sacrificar lo que sea, empezando por el ido.
No es de extrañar que esta sea una de las profesiones más desprestigiadas y que, en conjunto, la credibilidad de los grandes medios esté por los suelos.
Cuidado con los populistas: no sólo hay charlatanería barata y demagogia de frasco para consumo de masas ignorantes en la diana política que ha identificado esa gente.
La izquierda considera a la mayoría de los delincuentes víctimas de un orden social (capitalista y, por tanto, radicalmente injusto) que los lleva a actuar fuera de las leyes, diseñadas por una clase dominante.