Los votantes parecen tener cada vez más claro que Rajoy no es el dirigente que necesita España... ni el PP la fuerza más indicada para responder a los desafíos que tiene planteados la Nación.
Los tuit-disturbios de Lavapiés deberían ser investigados. Porque no fueron un experimento, o esperemos que no lo hayan sido, sino unos incidentes que causaron graves daños.
Si los representantes hacen bien su trabajo, los representados no necesitan blandir pancartas, corear gritos ripiosos y aglomerarse un sábado bajo la nieve.
Las lenguas, lo diga o no el Tribunal Constitucional, no tienen necesidades, ni pueden estar en situación de desventaja. Eso solo se puede predicar de las personas.