Si quienes amamos a España no somos capaces de unirnos bajo el prisma de lo nacional, entonces los enemigos, que son muchos y además internos, acabarán arrasándolo todo.
Los bancos y las empresas se fugaron de Cataluña en octubre del año pasado. Ahora se retira el Estado. El separatismo ha ganado la batalla de la cota 155.
Rajoy siempre ha antepuesto su propia supervivencia política y el interés electoral a corto plazo del partido a otras consideraciones y, desde luego, a las necesidades del país.