Lo del PP, me temo, va a quedar en otro morboso espectáculo de enfrentamiento algo marujil entre esas dos señoras que tanto se odian y sus respectivos cortejos.
Del presidente que andaba rápido hemos pasado al que corre despacio. El trote cochinero de Sánchez por los jardines de la hacienda presidencial da pie a variadas interpretaciones.
Ser progre es ser benévolo, sensible y compasivo.
Ser noble, ser magnánimo, ser todo corazón.
Sufrir con los que sufren. Ser tierno, sensitivo,
benigno, complaciente, cordial y mimosón.
Todo lo que ha trascendido es que las dos amas de llaves del legado de Rajoy están dispuestas a neutralizarse la una a la otra en una suerte de guerra fría que puede acabar como el rosario de la aurora.