Un abogado negro que disfruta dándose la vida padre en Manhattan puede, sin pestañear siquiera, hablar del “privilegio blanco” que disfruta un parado de la región más pobre de los Apalaches.
La realidad nos enseña que las disparidades son la norma, no la excepción que debe ser explicada, y que están causadas por razones muy distintas a la genética o la discriminación.