La España del doctor Sánchez es tremendamente diferente a lo que se necesita para atraer a inversores respetables; y su presidente, un bluf al que ya no le queda ni un gramo de aire dentro.
"No hay electorados cautivos, no hay votos cautivos, ni siquiera el mío", dijo Aznar hace unos años. Rajoy no tuvo en cuenta ese aviso de su mentor y así le fue.
Y Kavanaugh ya es juez del Supremo, donde los magistrados originalistas, que juzgan según lo que dicen la Constitución y las leyes y no lo que querrían que dijeran, ya son mayoría.