Ni Francia ni Alemania habrían tolerado que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña negara la extradición sin condiciones de algún delincuente reclamado por sus jueces.
Son muchos los que creen que, en la España de la fragmentación, los nacionalismos periféricos nadan como pez en el agua, de manera que todo son oportunidades para ellos. Están equivocados.