Las mujeres que no sonríen en los debates lo tienen mal. Una política que va a un debate en plan 'killer' es que no gusta. Siempre que sea de derechas.
Lo que se entrevé tras el desencuentro entre la Esquerra y Junts per Catalunya es el combate final por la hegemonía dentro de la comunidad catalanista.
Como cubana del exilio, me siento muy feliz con esta decisión del presidente Donald Trump; como ciudadana española y francesa que soy, siento que por fin se hace justicia y que no pueden meternos a todos en el mismo saco.
Cuando se tienen las ideas claras y el valor necesario para defenderlas –tal y como con tanto acierto hicieron Cayetana Álvarez de Toledo e Inés Arrimadas el martes en TVE–, poco hay que temer y mucho que ganar.
Quien vende a sus conciudadanos es, sencillamente, una mala persona. Y quien pasa de decir "convocaré elecciones cuanto antes" a "agotaré la legislatura" es, además, un mentiroso.