La alianza con nacionalistas y comunistas garantiza un poder mucho más amplio y permite sacar adelante un programa mucho más socialista que cualquier pacto con centristas.
Sigan por ese camino y no tendremos derechitas cobardes, ni extremas derechas ni derechas veletas: tendremos derechitas tontas y, sobre todo, tendremos socialistas y podemitas en todas las CCAA.
Ahora toca llamar ultraderechistas a los votantes de Vox, la inmensa mayoría de los cuales ha venido votando durante años religiosamente al PP. Como estrategia no parece la más adecuada.
Cualquier grupo que se precie lo primero que hace es constituirse en 'colectivo' para ser objeto de ayudas extraordinarias por parte del Estado benefactor.
Las elecciones no las gana la oposición: las pierde el Gobierno. Y no las ha perdido. El doctor Sánchez ha logrado su objetivo. Era, a fin de cuentas, el objetivo de su moción de censura.
Esperar a que sea el pueblo venezolano el que, sólo y desarmado, derroque al dictador es condenarlo irremisiblemente, que es lo que parece desear tanto canalla travestido de abnegado pacifista.
Un Ejecutivo de Cs con el PSOE sería lo mejor para España, sin duda. Pero no lo mejor para un Rivera empeñado en su particular guerra fratricida con el PP.
Voto a Cs porque su programa es el que mejor se ciñe a los principios liberales, y a Albert Rivera porque es su cabeza de lista y uno de sus dirigentes más fiables.
La izquierda mediática española está acomplejada de ser española. Pero la izquierda popular española no se avergüenza de ser izquierda ni de ser española.