A Vox, Ciudadanos le va a ofrecer como plato único una segunda taza de caldo sevillano. Más humillaciones, más desprecios y más ninguneos a cambio de nada.
Cómo han cambiado las cosas que ni Carmena se recata y deja ver que lo que más le gusta en el mundo es el súper sillón de la plaza de Cibeles. Cuesta dejarlo.
Lo que distancia a Ciudadanos y al PSOE no es que unos sean liberales y los otros socialistas, sino que unos defienden la unidad de España y los otros no.
Parecía que el domingo se iba a consumar el entierro de las esperanzas de plantar cara al socialismo, pero en lugar de eso ha habido una inyección de optimismo de lo más necesaria.
Cuanto más clamaban Iglesias y Echenique contra "el regreso del franquismo", a más votantes propios convencían de correr a las urnas para parar al 'trifachito'.
Confiemos en que la sensatez, el pragmatismo y la flexibilidad se acaben imponiendo y los tres partidos del centro-derecha den satisfacción al más ferviente deseo de sus electorados: generar zonas de resistencia al Gobierno liberticida de Pedro Sánchez.
Los rumanos votan este domingo en referéndum si quieren prohibir los decretos gubernamentales que afecten al sistema judicial y los indultos a políticos condenados por corrupción.