Siempre cabe la posibilidad de que los verdaderos topos casadistas sean Rivera y Abascal, y no tengan otra misión que destruir a sus partidos desde dentro.
Alfonso Alonso busca hacer del PP vasco un PNV no nacionalista, incluso españolista. Pero eso es muy dudoso que, a la vista de la experiencia de las últimas cuatro décadas, pueda llegar a tener éxito.
Los lacitos amarillos en la Plaza de San Jaime le han salido carísimos a Colau en el Eje del Besos. Carísimos. Aunque no tanto como si ahora se plegara a pactar con la Esquerra. Ella verá.
El juicio a los golpistas en el Tribunal Supremo es un acontecimiento histórico. Se trata del primer proceso en el que se juzgan unos delitos que se están cometiendo en vivo y en directo.
Sólo le faltaría dar comunidades y ayuntamientos al PSOE para acabar siendo lo que los estrategas monclovitas están deseando que sea: el Caballo de Troya definitivo contra la derecha.
Ninguna empresa puede moldear a su antojo los gustos de los ciudadanos, igual que ninguna empresa puede imponer qué se vende y a qué precio, salvo que intervenga el Estado.
El Partido y el reformador Deng vieron que en aquella revuelta social con demandas parciales asomaba un peligro letal para la dictadura. No dudaron en matar para asegurar su pervivencia.