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Andalucía

La reyerta del PP andaluz se agrava en Sevilla haciendo sangre en Virginia Pérez y Javier Arenas

Continúa el pulso entre Pablo Casado y Juanma Moreno en la renovación de los cargos populares en Andalucía.

Continúa el pulso entre Pablo Casado y Juanma Moreno en la renovación de los cargos populares en Andalucía.
Javier Arenas, en una imagen de archivo | EFE

Desde las pasadas primarias entre Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría se sabía que las navajas sevillanas son muy afiladas. Vuelven ahora a brillar en la trifulca del congreso provincial del PP que enfrenta a Génova con la dirección andaluza de Juan Manuel Moreno, si bien muy especialmente contra Virginia Pérez, la candidata, ahora casadista, y contra Javier Arenas, cuya implicación en el escándalo Bárcenas empieza a ser incómoda para todos.

Por una parte, Virginia Pérez ha visto cómo la pelea ha llegado a la sala de estar de su propia casa y ha afectado de manera frontal a su marido, lo que da una idea de lo africanos que son los odios que laten en un PP andaluz aficionado a los sacrificios humanos: recuerden el caso Zoido, el caso José Luis Sanz y tantos otros que quedan en la penumbra pero que indican qué grado de crueldad se alcanza en el PP provincial que un día cultivó un joven Arenas.

Por la otra, el combate acentúa las canas de un Javier Arenas que ayer mismo volvió a estar en el escaparate nacional de Luis Bárcenas, que reiteró que el "campeón" de Olvera recibió sobresoldada de la caja B de Génova, lo que no es nada nuevo, pero que ha permitido que el equipo de Pablo Casado haya cuestionado la permanencia de Arenas como senador propuesto por el PP andaluz.

Los clarines de la pelea ya sonaron altos y claros ayer mismo cuando el candidato de Moreno y Arenas a presidir el PP sevillano, Juan Ávila, alcalde de Carmona, presentaba un escrito a la comisión organizadora del XV congreso provincial acusando indirecta pero claramente a Virginia Pérez de irregularidades y exigiendo que se investigaran los más de 3.000 avales que ha presentado –el doble que Ávila–, por considerarlos altamente sospechosos.

Virginia Pérez siempre es sospechosa de juego sucio –ya lo fue en las primarias donde jugó contra Casado–, si bien sus adversarios no pueden presumir tampoco de limpieza angelical. Su adversario Ávila pidió que se revise "cada uno de los avales depositados por la precandidatura de Virginia Pérez" a la reelección como presidenta, "para comprobar, individualmente, con cada uno de los afiliados avalistas" si median o no "irregularidades" en tales avales.

Según el oponente de Virginia Pérez, tiene constancia de "diversas comunicaciones de un importante número de afiliados en relación con diversas irregularidades para la suscripción de avales para la precandidatura" de Virginia Pérez a la reelección al frente del partido, que recientemente anunciaba la presentación de más de 3.000 avales.

Sigue diciendo el escrito que "muchos militantes han comunicado que suscribieron el aval antes de la celebración de la junta directiva… con información falsa, pues fueron informados previamente a la suscripción del documento de aval de que sólo existiría una candidatura de consenso", es decir que desconocían la candidatura alternativa de Juan Ávila.

Otros han denunciado que fueron objeto de un "abuso de confianza" por parte de las personas que les pidieron el aval, porque se les pidió "una foto del DNI para que desde la precandidatura (de Virginia Pérez) se encargasen de todo lo demás", extremo "especialmente grave en el caso de confirmarse, pues no solo se estarían incumpliendo las normas internas del partido, sino otras normas más relevantes del ordenamiento jurídico".

Además hay quien ha advertido que "a la hora de recoger los avales, los miembros de la precandidatura de Virginia Pérez llevaban un listado censal en el que iban tachando a las personas que entregaban el aval a esta precandidatura, por lo que claramente se estaría dando una situación favorable a dicha precandidatura, con vulneración del principio de igualdad de oportunidades en contra de la precandidatura de Juan Ávila".

Por todo, se ha reclamado a la Comisión Organizadora, presidida por la alcaldesa de Huévar del Aljarafe, María Eugenia Moreno, que "se revise cada uno de los avales depositados por la precandidatura de Virginia Pérez para comprobar, individualmente, con cada uno de los afiliados avalistas suscribientes y en presencia de miembros" de la precandidatura de Ávila, si tales avales incurren o no en las "irregularidades" descritas.

Pero la cosa fue a más cuando se conoció, gracias a ABC, que el teniente de alcalde de Lora del Río, Álvaro Aranda, y el propio marido de Virginia Pérez, Eloy Tarno, delegado de Economía de la ciudad, habían sido fulminados por el alcalde Antonio Enamorado.

Enamorado, que lo debe estar y mucho de Juan Manuel Moreno, en rueda de prensa desveló el nombre y apellidos de quien le había dado la consigna de apoyar a Juan Ávila frente a Virginia Pérez: "Evidentemente nosotros estamos apoyando a Juan Ávila porque es la consigna de nuestro presidente andaluz, Juanma Moreno, y nosotros seguiremos fieles y leales a él". Claro, pero sin mención de Arenas.

Como su primer teniente de alcalde, y naturalmente Eloy Tarno, el marido de Virginia, personas de su máxima confianza hasta ahora, apoyan abiertamente a su candidata, les quitó el puesto e incluso el dinero dejándolos al raso como concejales sin dedicación exclusiva, o sea, sin un duro, lo que se demuestra que el desafío ha ido más que en serio.

El desafío contra Génova

Pero en la dirección del PP andaluz que desempeñan Moreno y Bendodo esencialmente, las cosas no están tan enconadas como parecen. Aunque el dúo superpoderoso desafió a Casado y a García Egea transgrediendo conscientemente los estatutos del PP que prohíben simultanear cargos orgánicos e institucionales en las figuras del propio Bendodo y de Patricia Navarro, nueva secretaria general del PP de Málaga, la propia Navarro ya ha dado muestras de poder dar un paso atrás para evitar impugnaciones escandalosas.

Los de Moreno ya se saben ganadores en Málaga y Granada, donde las fuentes consultadas por LD señalan que la apariencia de unidad y acuerdo esconde una operación de poder de la cúpula regional que han logrado "engañar" a todo un Pablo Hispán, jefe de gabinete de Casado, motejado como el "Ivan Redondo" de Génova.

También habrá acuerdo beneficioso mutuamente en Huelva y Jaén, victoria arenista en Almería salvo sorpresas de última hora, seguramente en Cádiz y respeto mutuo en Córdoba donde quien ordena y manda es José Antonio Nieto, ex número dos de Juan Ignacio Zoido en Interior.

En Sevilla, Casado se siente ganador sin duda alguna. Ya anunciamos en LD que se iba a producir alguna oferta de integración, que ya ha tenido lugar puesto que la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, ha propuesto una lista de consenso en función de la proporcionalidad de los avales. Pero, claro, Moreno y Arenas han dado luz verde para denunciar la legalidad de los avales de la candidata de Pablo Casado, Virginia Pérez, muy desairada ahora por el ataque familiar sufrido.

Tampoco parece insalvable el escollo Arenas, un obstáculo que los contendientes principales podrían desear quitarse de en medio. Casado, que reniega del pasado del PP de Rajoy, no quiere que la presencia del "campeón" enturbie su operación de renovación, y Moreno sabe que con la presencia activa de Arenas en las provincias de Sevilla, Cádiz y Almería, sobre todo, su hegemonía nunca será completa.

No obstante, como ya se ve en Sevilla, no parece que sea tan sencilla una alianza conjunta que acabe con la duradera influencia de Javier Arenas que tiene alfiles colocados en muchas Consejerías, con antenas importantes en la del propio Bendodo, y peones en casi toda Andalucía. Y, sobre todo, quiere recuperar opciones en la ciudad de Sevilla donde la alcaldía de Juan Ignacio Zoido arruinó sus proyectos

Lo cierto es que, a pesar de que niega todos los cargos de que es acusado por Bárcenas, Arenas se está convirtiendo en estos días, por la confluencia de batallas, la judicial en Madrid y la política en el PP andaluz, en un centro de atención que no interesa nada a la dirección nacional. Su evidente presencia en el conflicto sevillano y en el congreso del PP de Almería, por ahora, le sitúa en un punto de mira peligroso, pero no será fácil matar a este pájaro de un tiro.

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