Marbella se apunta a la moda de los locales secretos o los bares ocultos tras puertas franqueables solo con contraseñas y pasadizos desconocidos. Una experiencia al más puro estilo de la época de la Ley Seca en Nueva York donde la atrayente esencia clandestina ha provocado que Motel Particulier arrase entre la "jet set" marbellí. Un local que se transforma a media noche en la sala de fiestas más deseada y de la que es difícil que quede constancia.
Se trata del último proyecto que el grupo Mosh ha abierto en la ciudad andaluza. Un restaurante cuasi secreto y de inspiración francesa que a medianoche se disfraza de sala de fiestas. Eso sí, entrar no será tarea fácil. Para ello hay que tener invitación previa y sepan que al cruzar sus puertas no habrá constancia de lo que allí pase porque los móviles están prohibidos.
Una fórmula con tintes clandestino que replica en la Costa del sol algunos de los clubes más elitistas del mundo en los que una abultada cuenta bancaria no es suficiente carta de presentación. Lejos de ello los clientes tienen que "dar el perfil", como destacan sus fundadores, satisfechos con el éxito de su última propuesta de ocio nocturno en la ciudad.
Por Motel Perticulier, que lleva nombre de establecimiento hotelero sin serlo y que está ubicado en el polígono industrial de Marbella a pesar de tratarse de un restaurante de etiqueta, pasan a diario los clientes "más top" y "siempre hay lista de espera". Clientes que buscan esa privacidad que les brinda este local donde está prohibido hacer fotos o grabar cualquier tipo de vídeo. Un aliciente para que "las caras más conocidas de nuestro país" se hayan decantado por elegirlo como el sitio de moda para cenar y divertirse al saber que nadie podrá dar cuenta de lo que allí ocurra.
Un restaurante internacional con precios no aptos para todos los mortales que con las 12 campanadas torna en un exclusivo club nocturno con el que este grupo empresarial, que ha ido creciendo a casi un proyecto cada año, ya atesora 6 a lo largo de toda la geografía andaluza.