La elección de Macarena Olona como candidata en Andalucía es toda una declaración de intenciones por parte de Vox, que tiene puestas grandes esperanzas en una comunidad que podría convertirse en el trampolín definitivo que les aúpe a La Moncloa.
El hecho de ser uno de los rostros más conocidos del partido a nivel nacional por su beligerancia y capacidad dialéctica, da cuenta de que el partido no tiene intención alguna de mantener un perfil bajo en unas elecciones que definen como "cruciales" y en las, admiten, van a "someter a prueba la estrategia y experiencia desarrolladas en los últimos tres años".
En las elecciones de Madrid del pasado 4M, el partido optó por un pacto de no agresión con el PP, consciente de que cualquier confrontación podía beneficiar a la izquierda y, en concreto, a Pablo Iglesias, candidato de Unidas Podemos. Sin embargo, en Andalucía la situación es muy distinta y, según trasladan fuentes del partido a Libertad Digital, "la batalla no va a ser pequeña".
Las expectativas a derecha e izquierda
El candidato del PSOE, Juan Espadas, hace poco que ha asumido el liderazgo del partido y su nivel de conocimiento entre los electores es limitado, lo que se une a la baja expectativa de voto que arrojan las encuestas para Teresa Rodríguez, la candidata de Adelante Andalucía que mayor nivel de conocimiento goza entre los candidatos de la izquierda. Las perspectivas son aún peores para Unidas Podemos que estudia una coalición con IU, Más País, Equo y formaciones andalucistas para unir fuerzas e intentar maquillar el más que previsible desastre.
La derecha se juega retener el gobierno pero el riesgo de no repetir hazaña parece remoto, lo que permite a PP y Vox poder confrontar ideas sin por ello perjudicar sus propios intereses. Los de Abascal deben, además, ser coherentes con el discurso duro que han mantenido contra Juanma Moreno durante el último año, al que no han aprobado los presupuestos autonómicos para forzar un adelanto electoral que ha tardado meses en producirse.
El cara a cara entre Olona y Moreno
Vox está especialmente confiado en los debates electorales que, admiten, podrían reducirse a sólo uno ya que el PP es el que más se juega en este tipo de formatos, por ser el favorito en los sondeos. Los de Abascal se muestran convencidos de poder medir fuerzas entre Olona y Moreno, al que intentarán desarmar aprovechando el torrente verbal que ha demostrado tener la candidata en cada una de las intervenciones que ha protagonizado en el Congreso de los Diputados.
La diputada no sólo acapara todos los focos por sus discursos provocativos contra la izquierda, que acompaña de una gran puesta en escena, sino por su capacidad de improvisar una respuesta ante los ataques que se producen contra ella. Una experiencia que aplicará en un posible cara a cara con el candidato del PP al que ven mucho más "comedido" y "encorsetado" en la imagen de político de centro, lo que les permite marcar perfil propio, a diferencia de lo que ocurría con Isabel Díaz Ayuso a la que consideran mucho más cercana a sus postulados.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, lanzó el pasado 1 de Mayo un aviso a navegantes: "Andalucía necesita una alternativa. No basta un relevo". Ocurrió durante la manifestación convocada por Vox y su sindicato, Solidaridad, a la que acudió de forma inesperada Macarena Olona para calentar motores ante la batalla que se avecina. "No basta con desalojar a la izquierda de San Telmo", advirtió el líder de Vox, que dejó claras sus intenciones de luchar por la presidencia andaluza.
"Soy la candidata del pueblo", dijo de sí misma Olona en un discurso pronunciado en Cádiz, la tierra de El Kichi, quien acusó a la "ultraderecha" de ir a "provocar", como ya ocurriera con el arranque de la precampaña en Madrid y el acto que protagonizaron en Vallecas. "Nos jugamos España en las siguientes elecciones de Andalucía", aseguró la candidata de Vox consciente de la trascendencia de unos comicios que marcarán tendencia de cara a las generales.