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Andalucía

Ganar perdiendo y perder ganando: ¿qué está en juego en Andalucía?

Hoy los andaluces eligen a los 109 diputados del Parlamento, en unas elecciones en las que el triunfo o el fracaso dependen de muchas variables.

Hoy los andaluces eligen a los 109 diputados del Parlamento, en unas elecciones en las que el triunfo o el fracaso dependen de muchas variables.
SEVILLA , 06/06/2022.- (De izq a dcha) La candidata de Vox, Macarena Olona, el presidente de la Junta de Andalucía y candidato del PP a la reelección, Juanma Moreno, el candidato socialista, Juan Espadas, el candidato de Ciudadanos, Juan Marín, y las candidatas Inma Nieto (Por Andalucía) y Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía), durante el primer debate electoral de cara a las elecciones legislativas andaluzas que tiene lugar este lunes en Sevilla. EFE/ José Manuel Vidal | EFE

El calor, la mayor o menor participación, las expectativas creadas y las tendencias que marcan las encuestas dejan en el aire, a pocas horas de que se abran las urnas, un montón de preguntas. ¿Habrá sorpresa? ¿En qué dirección será esa sorpresa? ¿Repetirán PP y Cs al frente de la Junta? ¿Logrará el PP mayoría absoluta? ¿Se formará otro gobierno de coalición… de derechas? ¿Habrá remontada de la izquierda o batacazo total? ¿Vox duplicará sus escaños? ¿Qué influencia tiene en clave nacional el resultado de las autonómicas andaluzas? En definitiva: ¿qué podría considerarse un éxito o un fracaso para cada uno de los principales partidos?

Partido Popular

El primer objetivo de los populares es ganar las elecciones. Hay que recordar que en las autonómicas de 2018 Juanma Moreno quedó segundo con 749.275 votos —el 20,75%— y 26 escaños, el peor resultado del partido en Andalucía. Ni siquiera sumando los 21 de Cs se llegaba a los 55 que marcan la mayoría absoluta. Pero el apoyo de los 12 de Vox, la gran sorpresa de esas elecciones, le permitieron acceder a la Presidencia de la Junta. Y es gracias a ello, y a la bien valorada gestión realizada durante estos tres años y medio, pandemia mediante, lo que posiblemente propicie el gran resultado que vaticinan todas las encuestas. Ese primer objetivo, quedar primero —algo que dan por descontado todas las encuestas, incluido el CIS de Tezanos—, no podría considerarse un éxito si no le permite revalidar en el cargo sin depender de Vox, algo que no desean.

El segundo objetivo para el PP sería sumar más escaños que toda la izquierda junta. En opinión de los populares, la mayoría suficiente —un concepto no muy concreto—forzaría a los de Vox a apoyar su investidura, si no quieren ir a un escenario de repetición electoral. Sería calcar en Andalucía el modelo Ayuso de Madrid, algo que Vox no contempla esta vez, más bien al contrario: han repetido hasta la saciedad que, si el PP depende de uno sólo de los escaños de Vox para que Juanma Moreno repita como presidente de la Junta, o entran en el Gobierno o no tendrán ese apoyo, aunque los populares sumen más que toda la izquierda.

Por ello, el tercer objetivo para Juanma Moreno, al que realmente aspira, sería obtener la mayoría absoluta o, en su defecto, que Cs, su actual socio de coalición, la complete con 2 o 3 escaños.

Ambos escenarios serían un éxito incontestable para el PP con un resultado nunca conseguido en Andalucía y que, además, tendría repercusión a nivel nacional y de cara a las próximas elecciones generales. A nadie se le escapa que el llamado efecto Feijóo recibiría un enorme impulso y quitaría a Sánchez y a toda la izquierda mediática el argumento de que el PP gobierna con la temida —por ellos— ultraderecha.

PSOE

Tanto las encuestas como los trackings internos del partido auguran un batacazo del PSOE y una caída por debajo de la barrera psicológica de los 30 escaños, empeorando el peor resultado del partido en Andalucía tras el de Susana Díaz en 2018: poco más de un millón de votos —el 27,95%— y 33 escaños— que no le sirvieron para repetir como presidenta de la Junta. El PSOE, no obstante, se aferra a la remontada y a la movilización que perciben en la última semana, pese a que la desbandada de ministros en la última semana indicarían que las cosas no van bien.

Porque sí: bajar del resultado obtenido en 2018 sería una catástrofe, también de cara al futuro de Pedro Sánchez. El candidato socialista, Juan Espadas, fue la apuesta personal de Sánchez, que no sólo se quitó de encima a Susana Díaz (muy discreta durante toda la campaña, con un solo tuit de apoyo a Espadas) sino a todo lo que significaba el susanismo en Andalucía. Además, el gran lastre de Espadas parece que ha sido, precisamente, Pedro Sánchez. Bajar del listón de 2018 significaría, por otra parte, que mucho votante socialista se habría pasado, aunque fuese de forma circunstancial, al PP.

Pero incluso en el caso de que consiguiesen mantener el suelo marcado por Susana Díaz en 2018 tampoco podría considerarse un éxito para el PSOE, por dos motivos fundamentales: porque con 33 escaños no podrían recuperar la Junta, aunque sumasen los escaños de los partidos a su izquierda (Adelante Andalucía y la coalición Por Andalucía) y porque repetir resultado significaría que el PSOE tampoco ha sido capaz de rascar de la desaparición o casi desaparición de Cs, es decir: Espadas no arañaría escaños en el caladero de votantes situados a su derecha. Las alianzas a nivel nacional de Pedro Sánchez estarían, seguramente, detrás de esta circunstancia.

En definitiva, para el PSOE el éxito sería superar lo obtenido por Susana Díaz y, sobre todo, recuperar la Junta de Andalucía. Lo demás sería un fracaso, mayor o menor, pero un fracaso.

Vox

El problema de Vox de cara a valorar el resultado que obtengan en las urnas es el de las expectativas creadas… básicamente por ellos mismos. Esas expectativas iban en el sentido de doblar los 12 escaños de 2018 —con 395.978 votos, el 10,97%— e, incluso, obtener los 26 que obtuvo Juanma Moreno en esas mismas elecciones.

Las últimas encuestas no parecen apuntar a ese objetivo, aunque este partido se ha caracterizado por dar campanadas de última hora no detectadas demoscópicamente, pero el éxito de Vox, más allá de las expectativas iniciales, se medirá en función de lo necesarios que sean sus escaños de cara a que Juanma Moreno revalide como presidente de la Junta. Si repiten los escaños de 2018 pero, debido a una fuerte remontada de la izquierda, el PP se quedase lejos de la mayoría absoluta, esos 12 escaños de Vox se verían como un éxito. Por ejemplo: si el PP obtuviese 47 escaños, un resultado muy bueno, Cs ninguno y Vox 12 (los de 2018), la izquierda sumaría 50 escaños, tres más que los populares. La abstención de Vox no sería suficiente y colocaría a los de Macarena Olona en situación clara de entrar en la Junta en un Gobierno de coalición con el PP. Lo que aparentemente sería un fracaso en realidad acabaría convertido en un éxito.

Ciudadanos

La formación naranja lleva dos legislaturas siendo decisiva en el Gobierno de la Junta andaluza: en 2015, dando su apoyo a Susana Díaz para ser investida, al sumar los 9 escaños obtenidos a los 47 de la socialista. Y en 2018, cuando casi igualan al PP —con 659.631 de los votos, el 18,27%, y 21 escaños—, formando un Gobierno de coalición con los de Juanma Moreno, que ha funcionado sin apenas roces y desencuentros.

En estos momentos, el desplome de Cs se da por descontado. Pero, a diferencia de lo que ocurre con Vox, las expectativas son tan bajas y la situación de la formación es tan desesperada que sería una proeza —además de una sorpresa— si los de Juan Marín logran los 2 o 3 escaños que todavía les dan algunas encuestas. Y si esos 2 o 3 escaños fuesen necesarios para que Juanma Moreno redondease la mayoría absoluta y no tener que depender de Vox, el resultado de Cs sería calificado de casi un éxito: podrían revalidar Gobierno de coalición, pese a la pérdida de votos y escaños, y eso les daría un pequeño respiro a nivel nacional donde las expectativas tampoco son muy buenas para Inés Arrimadas, si hacemos caso a las encuestas de los últimos meses.

A la izquierda del PSOE

El espacio a la izquierda del PSOE se ha fragmentado aún más, lo que posiblemente les va a penalizar de cara a la obtención de escaños. En 2018 Adelante Andalucía, con Teresa Rodríguez como cabeza de lista, obtuvo el 16,18% de los votos —584.040— y 17 escaños. Este resultado parece difícil de repetir, pues la división entre Adelante Andalucía y Por Andalucía tendría un coste en escaños. Las encuestas dan resultados muy dispares a una y otra formación, pero el mejor pronóstico de la suma de las dos serían 14 escaños, lejos de los 17 conseguidos en 2018, y mucho más lejos aún de los que en 2015 obtuvieron la suma de Podemos e IU (20 escaños). En ese sentido, y si se confirman esos 14 escaños como mucho, el resultado sería un fracaso, sin ninguna duda.

Pero la medida del éxito en ese espacio electoral estaría también en cómo de cerca quedase Teresa Rodríguez y su Adelante Andalucía en relación a la coalición Por Andalucía, liderada por Inmaculada Nieto, y que agrupa a IU, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y el apoyo externo de Podemos y Alianza Verde Andalucía.

Como se ha encargado de recalcar Teresa Rodríguez en los debates y durante la campaña, su formación no tiene proyección nacional. No ocurre lo mismo con Por Andalucía. El resultado que obtenga esta coalición se va a considerar el primer examen del espacio de escucha que la ministra Yolanda Díaz quiere poner en marcha a principios de julio, al que ha llamado Sumar. Pese a que pretenda que no sea así, Yolanda Díaz ha dado expresamente su apoyo a Inmaculada Nieto y ha participado de forma activa en la campaña. Un mal resultado de la coalición, o que Teresa Rodríguez quedase muy próxima a la misma, sería interpretado también en clave nacional como un batacazo de la ministra, que no parece haber empezado con buen pie su proyecto.

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